Cuando el Betis tuvo casi hecho a Cristhian Stuani

Cuando el Betis tuvo casi hecho a Cristhian Stuani
Cuando el Betis tuvo casi hecho a Christian Stuani - Rafa Cala
Rafa CalaRafa Cala 4 min lectura
Está contentos en el Real Betis Balompié con sus dos delanteros. Borja Iglesias y Willian José forman una dupla de nueves complementaria que está enriqueciendo al equipo que entrena Manuel Pellegrini en esta temporada 2021/2022.

Con las mismas cifras para ambos entre todas la competiciones, cinco goles y una asistencia, aunque con mejor media para Willian José, el entrenador chileno rota a sus arietes sin ningún tipo de problema y obtiene respuesta y rendimiento positivo de los dos.

Tanto es así que con el hispano-brasileño hay apalabrada una compra por unos 8'5 millones de euros que el Betis ejecutará si su nivel de juego continua así. Lo aseguró Ángel Haro, mandamás bético, en su día y hoy lo ha hecho Jokin Aperribay, presidente de la Real Sociedad. "Cuando pasen determinadas cosas se realizará la venta de Willian José. Ya está presupuestado. Tenemos habladas muchas cosas con el Betis", ha afirmado.

Por otro lado, con Borja Iglesias todo está encaminado para que amplíe su contrato con el Real Betis por una temporada más, hasta el verano de 2025. Pero el camino de Iglesias en el Betis no fue fácil, debido a que se pasó su primera campaña y media peleado con el gol.

Borja Iglesias, junto a Nabil Fekir, fue el fichaje de estrella de aquel curso futbolístico 2019/2020, en el que José Miguel López Catalán asumió los mandos de la dirección deportiva, que acabó en fracaso deportivo con un Rubi como entrenador que nunca supo manejar a la plantilla ni sacarle la décima parte del potencial que ha logrado conseguir Manuel Pellegrini en estos dos años.

Para hacerse con los servicios futbolísticos de Borja Iglesias, que venía avalado de golear con Real Zaragoza y RCD Espanyol, el Betis pagó 28 millones de euros, su cláusula de rescisión, al cuadro catalán.

Ese verano fue un all-in en lo deportivo y en lo económico, puesto que el Real Betis, a día de hoy, tiene mucha amortización pendiente por esta y otras operaciones que tienen a la entidad totalmente atada de manos, con poca liquidez y menos margen de maniobra para poder hacer otras operaciones.

Sabiendo estos riesgos, en la directiva del Betis se avaló la operación y se hizo cuando en realidad no era la única opción de mercado, ya que existían conversaciones avanzadas con otros futbolistas que eran más baratos y asequibles, y no comprometían la situación financiera verdiblanca.

En la mesa de operaciones bética, estaban dos delanteros más junto a Borja Iglesias. Uno era Nikola Kalinic, que militaba en el Atlético de Madrid, y el otro y el verdadero elegido, como alternativa al gallego, era Cristhian Stuani, ariete del Girona, que, a sus 32 años por entonces, era uno de los goleadores más fiables de LaLiga.

Stuani pudo haber salido por cinco millones de euros, era el precio por el que lo dejaba partir el Girona a pesar de tener una cláusula de rescisión algo más alta, y se argumentó en el Betis que se fichara al uruguayo para no comprometer la económica verdiblanca y que después de una temporada jugada se vería si se iría o no por otro delantero. Finalmente, se seleccionó a Borja Iglesias como apuesta firme para varios cursos futbolísticos, transmitiendo estabilidad, pero también con el riesgo económico añadido.