El Real Betis viste de verdiblanco por el Celtic de Glasgow, adonde llegó a estudiar a comienzos del siglo XX Manuel Ramos Asensio, a un colegio fundado en 1875 por el Hermano Walfrid, también fundador en 1887 del club con el que el conjunto bético iniciará su andadura en la Liga Europa el jueves en el Benito Villamarín.
Betis y Celtic están unidos por este cordón umbilical que parte de Glasgow, según mantiene el historiador del Betis Alfonso del Castillo, quien señala en los medios del club que en noviembre de 1887 se funda el Celtic Football Club en el barrio obrero de East End para paliar la pobreza de sus habitantes, mayoritariamente emigrantes irlandeses.
La explotación que sufrían en Irlanda y la hambruna de la patata que devastó a las clases más desfavorecidas impulsó la emigración masiva hacia los Estados Unidos y también a Inglaterra, donde gran parte de esta comunidad irlandesa se concentró en Liverpool y Glasgow, donde a día de hoy se sigue cantando el 'You´ll never walk alone'.
Fue un religioso marista irlandés llamado Andrew Kerins, el Hermano Walfrid, quien funda el club, que desde sus orígenes viste de verde y blanco con rayas verticales hasta 1903, año en el que las cambia por las horizontales que viste hasta hoy.
A esta Escocia de comienzos del siglo veinte llega a estudiar Manuel Ramos Asensio al colegio marista St. Josephs de Dumfries, fundado por el mismo religioso que el Celtic y donde ve ya los colores verdiblancos que se llevará para el Sevilla Balompié, germen del Real Betis que vestía con camiseta azul y calzonas blancas.
En noviembre de 1910, el Sevilla Balompié viste por primera vez la camiseta verdiblanca en el amistoso con el que inicia la temporada 1910-1911 frente al Betis Football Club y es Ramos Asensio quien gestiona la llegada de esas camisetas procedentes de Escocia.
Son años de una intensa relación comercial del puerto de Sevilla con los escoceses de Ayr, Leith, Kirkaly o Ardrosam, desde donde llegaban todos los meses al Guadalquivir barcos de vapor como el Glenmore, Farraline, Carslile, Adamton, Cordova, Reading, Redruth, Rapid, Campeador, Lady Kirk, etc) para cargar mineral de hierro y descargar carbón como transporte principal.
Ramos Asensio, gracias a su dominio de la lengua inglesa, concierta partidos con las tripulaciones de estos barcos y en ellos llegan camisetas y balones para los pasos iniciales del balompié sevillano.
El Sevilla Balompié vestirá de verde y blanco en los años siguientes y ese color será también el del Real Betis Balompié desde finales de 1914, señala Castillo, quien añade que el estallido de la Primera Guerra Mundial va a cortar las relaciones marítimas y comerciales entre el puerto de Sevilla y los puertos escoceses.
Las campañas de los submarinos alemanes contra los buques que abastecían a Gran Bretaña harán muy difícil la circulación marítima, por lo que la importación de material deportivo desde las Islas quedará en suspenso y el Betis vuelve en 1916 a las camisetas originales azules.
Es de nuevo en 1919, ya finalizada la contienda bélica, cuando se vuelven a recuperar las camisetas verdiblancas, de las que hay constancia gráfica en la gira realizada por Canarias en noviembre de ese año.
Manuel Ramos Asensio jugó con el Real Betis Balompié hasta la temporada 1917/1918, se trasladó posteriormente a vivir a Cazalla de la Sierra, donde contribuyó a la formación en 1921 del club local, el Cazalla Sporting, que también viste de verdiblanco.
El Celtic FC desde sus inicios también tuvo seguidores en Irlanda, lo que llevó a la fundación de un club en Belfast en 1891, que vestía los mismos colores verdiblancos y en el que destacaría un joven futbolista llamado Patrick O´Connell, el Don Patricio que llevaría al Betis a su cima histórica con la conquista de la Liga en 1935.