La pandemia del
coronavirus ha afectado gravemente al mundo del fútbol, especialmente a los clubes menos
pudientes, pero incluso a muchos de éstos, con una carga
salarial insoportable sin los ingresos por entradas, abonos y traspasos (la pescadilla se muerde la cola aquí por las limitaciones de gasto que también tiene el resto). Los movimientos en las dos últimas ventanas han sido menos
rimbombantes que otros cursos, en parte porque muchos
hipotecaron sus cuentas, jugándosela a que los
aficionados volverían a los
estadios en la segunda vuelta de la 20/21.
No será así, por lo que la mayoría deberá vender y reajustar antes del 30 de junio para que su tope salarial no se vea todavía más
mermado la campaña venidera, menguando previsiblemente también sus
aspiraciones. Y es que se esperan mercados austeros, como poco, en las dos siguientes ediciones, pues las vacunas y los confinamientos todavía no están generando el
efecto deseado en la economía y el deporte. El
Betis, que no es ni mucho menos ajeno a esta
realidad, ya lo ha sufrido este curso, pues sólo pudo hacer cuatro incorporaciones a
coste cero en octubre de 2020 y ninguna (una década después, en blanco) en la ventana
invernal.
La apuesta por el filial (
Paul, Aitor Ruibal, Yassin Fekir) se encuadra en esta tesitura, aparte de en la confianza que generan los miembros de las
generaciones más recientes de Los Bermejales. Y así seguirá siendo,
como ha detallado ESTADIO Deportivo, con varios nombres subrayados en verdiblanco en la agenda de
Manuel Pellegrini y Antonio Cordón, empezando por los cedidos
Robert y Edgar. Y
Luis Martínez, señalado para promocionar este enero si
Sidnei o Mandi hubieran salido de la disciplina bética.
De todas formas, el
plan que han diseñado en Heliópolis para el zaguero riojano es claro: cuenta para el
primer equipo de todas todas. Sólo así se explica que, sin poder subir ahora por
edad (los mayores de 23 años únicamente pueden hacerlo durante los periodos de fichajes), se ejercitara la semana pasada a las órdenes del técnico chileno, que lo quiere seguir viendo regularmente, aunque cuenta con informes inmejorables de este espigado central de
27 años y 1,89 que arribó al filial de
Manel Ruano hace apenas un año y que se convirtió enseguida en un
líder.
La oferta de
renovación, si no se ha producido ya, estará en cuestión de días en la mesa de sus agentes. Se habla de
dos años fijos y quizás alguno más condicionado a su
rendimiento, pues la actual vinculación, que debe actualizarse lógicamente en los parámetros económicos, expira el 30 de junio de este año. Luis Martínez hará en cualquier caso la pretemporada con Pellegrini (o el entrenador que esté, si todo se torciera de manera indeseada de aquí al verano), decidiéndose entonces si se queda con los grandes o si se marcha cedido a un Segunda. Lógicamente, de
ascender el Betis Deportivo a la División de Plata, su posible destino estaría ahí, al menos durante la primera vuelta de la 21/22, ya que Ruano necesitaría gente de su
empaque y experiencia.