El pasado viernes, en una reunión del
presidente de la AFE,
David Aganzo, con los
capitanes de todos los equipos de
Primera y Segunda división, pusieron en común su
preocupación por garantizar la salud ante una posible reanudación de la competición.
Los jugadores piden que no se regrese a la actividad hasta que la pandemia no esté controlada, pero también son conscientes de que el retraso en la vuelta podría obligarles a
jugar en los meses de verano, e incluso cada 48 horas, para poder recuperar las once jornadas que aún restan por disputar, algo a lo que se muestran contrarios.
Esta postura la comparten los futbolistas verdiblancos, que, añaden, además, que en ciudades como Sevilla, disputar encuentros en pleno mes de julio puede conllevar un riesgo extra, como apuntaba el meta verdiblanco,
Joel Robles, en declaraciones a Radio Marca. "Se habla de jugar en verano pero
hay que tener en cuenta las altas temperaturas de ciudades como ésta".
El getafense se refirió también al esfuerzo económico que harán, en caso de que no se reanude la competición, la mayoría de los jugadores para evitar las millonarias pérdidas que se prevén en el mundo del fútbol.
"En el
Betis hay 450 trabajadores que viven por y para nosotros, que se merecían que respondiéramos así. Necesitábamos ayudar al Betis".