Aún tiene
Rubi tiempo para revertir su situación en el
Betis, pero su futuro en la entidad de
La Palmera más allá de junio -si los resultados le permiten llegar hasta esa fecha- no pinta demasiado bien. Sólo una reacción fulgurante le permitiría mantener el puesto para la 20/21.
En cualquier caso, a la directiva sí que le gustaría darle la oportunidad de concluir la temporada siempre y cuando el equipo siga compitiendo y demostrando que la plantilla está con el entrenador. En caso contrario, la solución con más adeptos en la entidad es la de colocar a un técnico de la casa, como
Juan Merino, hasta el final del curso.
La contratación de un entrenador ahora, consideran, supondría en cierto modo una hipoteca para la próxima planificación, ya que ahora tendría más limitaciones para contratar un entrenador, mientras que en verano la elección sería más libre. Entrenadores con contrato o que hayan entrenado en
España esta temporada no pueden ser considerados hasta el próximo verano.
Lo que sí tienen claro en la entidad es que el gran fichaje para la 20/21 será el técnico y hay una partida presupuestaria importante para ir a por él. Están convencidos de que la planificación ha sido buena y que hay equipo para, al menos, pelear por Europa, de ahí que apunten al banquillo como el punto a mejorar.