El arbitraje sufrido en
Getafe indignó profundamente en
Heliópolis y propició una
respuesta contundente por parte de los dirigentes del
Betis, sobre todo del vicepresidente,
José Miguel López Catalán, que estalló en los medios del club e incidió en que llovía sobre mojado con la utilización del VAR en este curso. No en vano,
el Betis envió a la Federación una lista de errores en su contra en siete partidos, a lo que ahora podría sumarse que
Martínez Munuera le perdonó la
expulsión a Orellana en la visita a Ipurua.
En este sentido, en
La Palmera existe un
descontento mayúsculo con el trato arbitral al equipo, sustentado sobre los mencionados agravios, los cuales
han perjudicado a los de Rubi en su lucha por alcanzar puestos europeos. A estas razones de peso, se podrían añadir una serie de
estadísticas que resultan muy llamativas al incidir prácticamente en una contradicción, en las que obviamente un alto índice de responsabilidad corresponde a los propios verdiblancos, por fallos puntuales o continuados, pero que, sin duda, dan que pensar.
Dichos datos se centran en los apartados de las
faltas y de las
amonestaciones, con la aparición de un
significativo descuadre que habitualmente no suele producirse. Lo normal, como de hecho muestran las estadísticas, es que los equipos con más infracciones en su haber se sitúen en lo alto de la clasificación y lo contrario. Así sucede, por ejemplo, con el
Getafe,
líder en faltas (416) y en amonestaciones (71) o con el
Alavés, segundo (357) y tercero (64), respectivamente. y el
Leganés, cuarto (341) y segundo (70).
Lógica que en cambio no funciona con el
Betis de Rubi, pues se erige en uno de los conjuntos que
menos faltas comete, más concretamente el 17º, con 259, sólo por delante de
Barcelona, Valencia y Levante. Y sin embargo, es
el cuarto al que más tarjetas le han enseñado, con un total de 61.
Diez menos que al Getafe realizando 157 faltas más. La cifra es demoledora, consecuencia de mil factores, entre ellos, el estilo de cada equipo y la pericia también a la hora de jugar al límite.
Esta
incoherencia numérica no se termina en los guarismos anteriores, va mucho mucho más allá para desgracia de los heliopolitanos. Y es que, a pesar de no cometer un elevado número de infracciones, el
Betis comanda el ranking de expulsiones en esta temporada en Primera división. No en vano, los hispalenses han sufrido
un total de cinco expulsiones, una más que el
Valencia y dos más que el
Levante.
Todas han sido por
roja directa y la primera no se hizo esperar, porque se produjo en el primer partido, con la prematura exclusión del
meta Joel.
Tres partidos después, en la jornada 4 ante el
Getafe, el
Betis padeció las expulsiones de
William Carvalho, también muy pronto (25'), y de
Loren en el alargue del choque. En la vuelta contra los azulones, en un encuentro envuelto en la pólemica,
Feddal vio la roja sin ni siquiuera haber entrado en el campo, la
segunda suya en lo que va de
LaLiga, pues dos jornadas antes no pudo acabar el choque contra el
Alavés por roja directa.
Los registros en amarillas y rojas le
cuelgan al Betis el cartel de verdugo con su consecuente castigo, cuando atendiendo a unas estadísticas directamente relacionada con estas cifras los verdiblancos respomden a la condición de
víctimas. No en vano, se trata del equipo que
más faltas ha recibido hasta la fecha, con un total de 345, seis más que el segundo, el
Valencia, y 33 por encima del tercero, el
Celta. En parte se debe a la incapacidad de los rivales para frenar sin derribarlo a
Fekir, el futbolista que
más faltas recibe por partido, con 3,9.
Los penaltis
Todavía resta otro dato en contra de los intereses verdibancos en el apartado arbitral:
los penaltis. Y es que el
Betis se erige en el conjunto de LaLiga
con peor diferencia entre penas máximas a favor y en contra, con un saldo contrario de
-5. Con el señalado ante el
Eibar por claro derribo de
Édgar sobre Inui, a los de Rubi le han pitado un total de
ocho en su contra, sólo por detrás de los 11 al
Alavés y los 10 al
Mallorca. En el sentido contario, los heliopolitanos
sólo han disfrutado de tres en lo que va de campeonato, resultando un balance muy negativo,
el peor de Primera.