2019 quema sus últimos días y se acerca de forma irremediable a 2020, una fecha tan redonda que invita a echar la vista atrás, a hacer balance y análisis no sólo del último año, sino de la década que le precede. Un ejercicio muy significativo que, en el caso del
Betis, puede servir para
constatar el crecimiento exponencial que ha experimentado la entidad, con algún retroceso importante pero corregido sobre la marcha, coincidiendo con el descenso en la temporada de infausto recuerdo para el beticismo, la 13/14, en la que el cuadro heliopolitano perdió la categoría con apenas 25 puntos en su casillero.
Atendiendo a
la evolución del valor de mercado del conjunto verdiblanco en los últimos diez años, el Betis ha pasado de estar tasado, por la web especializada Transfermark,
en 46,4 millones el 1 de noviembre de 2010,
a los 292,5 de su última actualización, la de diciembre, lo que supone que ha multiplicado por seis el valor con el que comenzó este ciclo.
Y es que
diez años atrás el Betis se encontraba de lleno en uno de los momentos institucionales, deportivos y económicos más delicados, posiblemente, de su historia. Asediado por las deudas,
en Segunda división y a punto de entrar en un
Concurso de Acreedores que, a la postre, pudo ser su tabla de salvación. Con Lopera intentando vender sus acciones a la desesperada para evitar un proceso judicial que se alargaría durante años,
el Betis de los Emaná, Sergio García, Mehmet Aurelio, Oliveira y compañía transitó por
Segunda división durante dos años. Fueron tiempos en los que la cantera, como en cada descenso,
tomó un nuevo impulso y aguantó la desbandada, sobre todo en el segundo año, de los 'cracks'.
En aquél entonces
la plantilla rondaba los 46 millones de euros, una cifra que subió ligeramente con el ascenso, pero que, ya con la entidad intervenida,
no sufrió una modificación importante ni siquiera tras la consecución de la clasificación para competición europea de la mano de
Pepe Mel en la 12/13.
El equipo,
en su regreso a Europa, acusó el aumento del nivel de exigencia y la falta de refuerzos que estuvieran a la altura para afrontar tres competiciones y
acabó descendiendo nuevamente, aunque esta nueva bajada a los infiernos
no tuvo demasiada repercusión en el valor de la plantilla. El nuevo reparto de los derechos televisivos y el respaldo económico a los recién descendidos salvaron las cuentas aquellos años, en los que
el valor de mercado del Betis tocó fondo con un total del 34,6 millones en junio de 2015.
Ocho meses después,
accedía a la presidencia Ángel Haro, en febrero de 2016, y hereda una plantilla que valía en esos momentos 48,9 millones de euros.
Desde su llegada al cargo,
el crecimiento del Betis ha sido exponencial, superando por primera vez la barrera de los
100 millones en abril de 2018, momento en el que logró su última clasificación para competición continental de la mano de Quique Setién.
En estos años, la venta de canteranos como
Ceballos, Fabián o Junior, y la llegada de jugadores que han subido considerablemente el nivel de la plantilla, provocó el histórico
'sorpasso' al eterno rival en valor de mercado el pasado verano, cuando el cuadro de La Palmera fue tasado por esta web especializada en
342,3 millones de euros, por los 296 del Sevilla.
A escasos días para que acabe el 2019, y tras un arranque de temporada decepcionante, en el que el equipo de Rubi ha rendido muy por debajo de las expectativas, el valor se sitúa en unos 292 millones, o lo que es lo mismo, seis veces el valor con el que arrancó hace ahora una década.