Llegó el Betis a San Sebastián como el segundo
equipo más goleado del campeonato y
Rubi intentó ponerle remedio ante un equipo especialmente bien dotado para la creación. Si sobre el papel su once tenía un marcado papel ofensivo, con
Canales, Joaquín, Fekir, Borja y Loren, el dibujo mostró a un equipo
más cerrado, que buscó defender en campo propio.
A esa idea, la de tener el equipo compacto en pocos metros y más cerca del área propia
le faltaron otras complementarias, como la de
mantener más la posesión de la pelota -le costó un mundo salir ante la presión txuri-urdin- y
ser menos contemplativos cuando el equipo easonense -uno de los que más calidad atesora en sus hombres de ataque- se acercaba al área rival. Porque ni siquiera el hecho de adelantarse en el marcador en el primer acercamiento -justo lo que siempre le pasa en contra- sirvió al Betis para llevarse algo positivo de Anoeta. A base de buen juego y empuje,
la Real fue acogotando a los de Rubi que dieron un paso atrás, pero a los que les faltó otro al frente, sobre todo con balón.
El técnico apostó finalmente por su mejor especialista defensivo en la medular, que es Javi García, pero los principales problemas estuvieron en la salida de la pelota, ahogado por la Real. El Betis se dispuso de manera asimétrica sobre el césped y toda la izquierda fue para Álex Moreno, al que se le acumuló el trabajo y acabó sin atacar y sufriendo al insistente Zaldua. Tampoco con los cambios logró cambiar el rumbo del choque y la fortuna le fue esquiva en dos tiros al larguero que podrían haberle metido en el partido.
Javi García ganó el castingFinalmente, Javi García fue el elegido para actuar como pivote defensivo ante la baja por lesión de William Carvalho. El murciano no tuvo el día ni tampoco le acompañó el equipo. Se metió un autogol en una acción desafortunada en un partido en el que la Real atacó mucho y bien.