Valga la broma del titular para establecer una de esas comparaciones odiosas que, sin embargo, no son óbice para esconder las
similitudes entre los casos del
madridista Vinicius y el bético Robert, otro al que se le queda pequeñísimo el filial.
Si el brasileño
se lucía en Segunda B con el Castilla, probando las migajas que le dio Lopetegui hasta que Solari decidió darle un trozo mayor para que lo devore, el emeritense, coetáneo (el ex del Flamengo cumplió 18 el pasado mes de julio y González Bayón lo hará el próximo Día de Reyes) y de perfil similar (extremos desequilibrantes y con gol, aunque zurdo el verdiblanco), exhibe en
Tercera su insultante superioridad, comandando a un
Betis Deportivo que promedia
2,67 goles por partido y al que sólo mejora, en puntos, su próximo rival en Los Bermejales, el segundo equipo del Córdoba.
Con 10 tantos, Robert es el
‘Pichichi’ del Grupo X, aunque se quedó sin ‘mojar’ este domingo en otro festival del club de ‘diablillos’ que ha formado José Juan Romero y que se merendó literalmente al colista de la categoría, el Guadalcacín. El extremeño, eso sí, sumó dos nuevas asistencias a una interminable lista de regalos que aprovecharon esta vez Iván Navarro y Abreu. El ‘7’ difícilmente llegará a los 25 que se fijó como
ambicioso objetivo, una vacilada para algunos que, sin embargo, poco o nada tiene que ver con el carácter humilde del menudo futbolista.
Y es que pronto será un hecho su blindaje, avanzado por ESTADIO Deportivo justo después de su estreno con el equipo nodriza en la ida copera ante el Racing, al igual que
cotiza al alza la promoción invernal. Quique Setién le echó el ojo hace bastante, por
recomendación expresa de un
José Juan con el que comparte filosofía y predilecciones. Mantenerlo en el filial sería, a todas luces, un desperdicio, pues la primera plantilla no anda sobrada de verticalidad, velocidad en conducción, gol y ‘rompedores’ de líneas, como tampoco acusaría el exceso de talento que supondría el ingreso de esta perla que tallan en Los Bermejales desde edad cadete.
Dicen los que le conocen bien que
Robert no ha cambiado un ápice desde entonces. Sigue siendo el mismo, como demuestra el hecho de que, pudiendo permitirse de sobra la intimidad de una casa propia o traerse a su familia de Mérida, tras firmar un jugoso contrato profesional en junio de 2017,
ha preferido seguir en la
Residencia de la cantera, donde valora el orden, los horarios y la disciplina, que entiende necesarios, como la educación, para formarse en todos los sentidos mientras disfruta de una pasión que ha convertido en trabajo. Centrado y profesional hasta la extenuación, el atacante ya priorizó en varias ocasiones la estabilidad y el agradecimiento al club que le ha dado la oportunidad de crecer hasta la elite que las mareantes propuestas que le llegaron cuando no era ni juvenil. Visitó, de hecho, con permiso del Betis las
instalaciones del Manchester United, aunque optó por no ser una promesa más, sino una de las mayores en verdiblanco. Atado entonces hasta 2020, pues su edad
no permitía más que tres años de contrato, Robert tiene vinculación ahora con los heliopolitanos por ésta y otras tres campañas, aunque ya hay contactos entre
Serra Ferrer y su agencia de representación, Elite Internacional, para un
blindaje con todas las letras, elevando su sueldo y, sobre todo, su cláusula, de 12 kilos.
Pronto, valdrá mucho más. Si no lo cuesta ya...