Parece que ha pasado poco tiempo pero fue hace menos de un año cuando el que fuera, por entonces, director
deportivo del
Real Betis Balompié,
Miguel Torrecilla, dijo aquello de que la escuadra de la Avenida de La Palmera tenía
“el mejor centro del campo después de los grandes” del curso futbolístico 2016/2017. Unas palabras, una afirmación, una aseveración que le persiguieron durante su estancia en Heliópolis y que, posteriormente, le condenaron.
Porque en el fútbol sólo existen los hechos y eso significa ganar, rendir y cumplir las expectativas deseadas. La medular formada por Torrecilla
decepcionó. No dio lo que se esperaba y el Real Betis Balompié lo pagó caro. Una campaña sin brillo y que se saldó con una permanencia insípida.
De los jugadores que comenzaron y jugaron en la zona ancha verdiblanca en el pasado curso solo
sobrevive Darko Brasanac. El serbio llegó a última hora y acabó jugando bastante con Víctor Sánchez del Amo. Junto con él, en la recta final del mercado estival 2016/2017, arribó
Ryan Donk. Se buscó un futbolista de su perfil. Potente físicamente, con músculo y con capacidad de adaptarse tanto a la posición de pivote defensivo como a la de central. No rindió y su salida del club fue inminente.
Otro de los incorporados fue
Jonas Martin, sobre el cual había grandes esperanzas. Se esperaba que construyera y que diera algo de gol. Sus lesiones y la falta de confianza de los técnicos en él no le permitieron tener continuidad. Regresó a Francia hace escasos días.
Felipe Gutiérrez tampoco dio el nivel. Algún destello pero acabó fuera, cedido en el Internacional de Porto Alegre brasileño.
En el lado opuesto de éstos, está
Petros. Admirado por compañeros y aficionados, dio la talla y se aplaudió su entrega. Limitado técnicamente, agradó con su garra y lucha. Su salida, motivada por temas económicos, fue por buen rendimiento.
Otro que no dio lo esperado fue
Rubén Pardo. Se incorporó en el mercado invernal para que apoyara a Ceballos en la construcción, pero, salvando su actuación contra el Barcelona, poco más se puede decir de él. Se rechazó prolongar su cesión.
Jugadores de escaso rendimiento y que no dieron lo esperado.
Finalmente, de
Ceballos, poco se puede decir ya que no llegó con Torrecilla, faro y guía del equipo decidió que su tiempo en el Benito Villamarín estaba acabado. Su dinero ha servido para reformar la zona ancha del terreno de juego.
Lorenzo Serra Ferrer, vicepresidente deportivo verdiblanco, ha cambiado la fórmula de su predecesor. No se apuesta por jugadores semidesconocidos. Se ha firmado a
jugadores constratados internacionalmente, que han rendido anteriormente en LaLiga o que pueden tener impacto económico en un futuro cercano.
Camarasa, avalado por su temporada en el Alavés,
Guardado, conocedor de LaLiga,
Boudebouz, deseado en el mercado internacional y
Javi García, ex jugador de City o Zenit, a priori, han ilusionado más al aficionado verdiblanco, pero esto no es garantía de éxito.
Solo la competición dirá si el modelo que ha empleado Serra Ferrer le reporta más éxitos que el que llevó a cabo Torrecilla.
Brasanac sobrevive a la cribaEl serbio es el único centrocampista que queda de la campaña pasada, donde jugó 25 choques anotando un gol.