Manuel Ruiz de Lopera lo convirtió en el fichaje más caro. Hoy
Denilson reconoce que "eso le pesó". Después su carrera le llevó desde
Francia hasta
Vietnam, donde se retiró, el que fuera subcampeón del mundo con
Brasil es ahora comentarista estrella en la televisión brasileña. "A Vietnam fui ya en 2009, cuando tenía muy mal las rodillas, pero el nivel era tan bajo que podía ir. El presidente jugara por lo menos un partido. Tomé antiinflamatorios durante todo el día, casi no podía correr, pero el presidente me dijo que había sido excepcional", cuenta en una amplia entrevista en Le Monde.
Denilson repasa cómo fue su contratación por parte del
Betis. "Todos los grandes equipos de Europa habían hecho una oferta por mí. Mi agente me dijo que el
Barcelona había ofertado 12 millones de dólares por mí y que el
Sao Paulo estaba de acuerdo. Pero apenas dos días después el
Betis ofreció 32 millones. Evidentemente era imposible de rechazar", cuenta.
El extremo cuenta cómo fue su llegada a España. "Mi traspaso es aún hoy el segundo más caro del Sao Paulo, justo después de
Lucas al
PSG. Era un precio exorbitado para la época y visto con perspectiva fue un problema. Quería tirar el córner y marcarlo yo mismo. El fútbol brasileño es muy lento, yo podía driblar a cinco o seis jugadores. En España eso era imposible. Hacía falta soltar el balón antes. Tardé tiempo en comprenderlo. Alexis fue el que más me ayudó a simplificar mi juego", cuenta sobre el último entrenador del Betis.
Al no triunfar en el
Betis,
Denilson fue cedido al
Flamengo. "Quería invertir en
Brasil. En el momento de comprar un terreno mis padres me llamaron y me dijeron que no había fondos en mi cuenta, lo que me parecía imposible. Después de mi traspaso al
Betis mi agente se encargó de la parte financiera. Nos engañó...", confiesa.
"Dije a mis padres que trabajaría el doble. Volví al
Betis y tuve una relación con
Lopera como un padre y un hijo", explica Denilson, que volvió a la selección de
Brasil y se ganó una plaza para el
Mundial de Corea y Japón. "Eso me relanzó a todos los niveles. Jugar para
Brasil te da mucha visibilidad, hizo que llegaran sponsors y que mejorara mi contrato con el
Betis", narra.
Hoy
Denilson es una estrella de la televisión brasleña, donde analiza los partidos. "
En el debut hacía el programa una vez por semana. Después, dos, luego tres. Ahora lo hago todos los días de lunes a viernes de 10 a 13 horas y luego hablo en la radio. El primer año fue difícil, pero está bien tener sentido del humor. También hay que ser serios y coherentes en el análisis", subraya un
Denilson que también es un influencer. "¡Tengo 2,5 millones de seguidores en
Twittter!". "Las nuevas tecnologías son excelentes herramientas para comunicar".
Hoy
Denilson tiene una vida desahogada: "Doy gracias a Dios por haberme dado el don de jugar. El 65 por ciento de los brasileños ganan menos de 3.000 reales (900 euros) al mes. Mi vida es confortable".
Para llegar a esto empezó en la calle, una escuela que en su opinión se está perdiendo. "Tenía once años y me enfrentaba a jguadores de 15. Ahí es donde aprendes a jugarte un uno contra uno, que es mi gran especialidad. Hoy los niños van a escuelas de fútbol. No digo que esté mal, pero la calle te enseña la provocación, la verdad".