Entrevista ED a Rafael Salas

Rafael Salas: "Nos hace falta veneno bético"

Isabel MoralesIsabel Morales10 min lectura
La cabeza visible de 'Arriba, Betis, Campeón' comparte con ED las bases de su proyecto, critica la pasividad de Haro y Catalán, y anuncia que no le temblaría el pulso si Quique Setién "no abraza sus ideas".

Para el que no lo conozca todavía, ¿quién es Rafael Salas y qué es lo que le ha traído hasta aquí?
- Rafael Salas es un bético más, un bético de toda la vida. Soy bético de tercera generación, que se ha criado en torno al beticismo. Yo he acompañado a Alberto Tenorio mientras cortaba el césped en los años 80/81. Una persona con una sola inquietud, que es que el Betis vuelva a ser lo que nunca debió dejar de ser, un equipo a la altura de su afición. Tengo 43 años, soy licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra, estudié en Madrid algún que otro máster y soy un hombre que no ha dejado de estar en contacto con la realidad bética. Me vi en la obligación de dar este paso al darme cuenta de una cosa, que es la pérdida absoluta de la identidad del Betis. El Betis lleva siete años en una transición, que comenzó con una administración judicial. Pero hay que dar un paso más. El Betis necesita empezar a regenerarse, empezar a construirse. Lo que ha pasado este año deportivamente es una consecuencia de la debilidad institucional.

- Ésa es su motivación, pero ¿cuándo decidió dar el paso?
- Llevo más de un año y medio dentro del consejo. Durante mucho tiempo he luchado internamente por cambiar muchas cosas. Cuando eres consejero -y serlo es un honor-, pero no te gusta lo que ves, tienes dos opciones: o te marchas y criticas lo que se está haciendo o tratas de luchar internamente por que las cosas cambien. Para mí era importante la unidad bética mientras hubiese una posibilidad de volver al pasado. Durante este año he estado luchando internamente sin escenificar la fractura que existía dentro del consejo. Pero, cuando llega el famoso acuerdo con Bitton, entiendo que es el momento de dar el paso.

- ¿Cuál cree que ha sido el fallo más importante del actual consejo de administración?
- La falta de transmisión de carácter de arriba hacia abajo. No hay una política de comunicación clara, no hay una política de marketing acorde al club... Yo he vivido situaciones esperpénticas dentro de ese consejo. Y se ve que dentro del mismo se está más preocupado por el baloncesto o por la celebración de una junta que por lo deportivo.

- ¿La responsabilidad es exclusivamente de Haro y Catalán?
- Ellos son los consejeros delegados. En un momento puntual, el consejo delega en ellos, porque se vive una situación límite, que coincide con la marcha de Ollero, la destitución de Pepe Mel y la pérdida de confianza en Eduardo Macià. Entendimos que era el momento de que 'ABA' tomara las riendas. Desde ese momento, el señor Haro y el señor Catalán han tenido libertad absoluta para hacer lo que han querido. Al resto del consejo se nos informaba puntualmente de las decisiones, pero la participación del resto del consejo ha sido nula. Se nos informaba, podíamos criticar, pero las decisiones ya estaban tomadas. Desde mi punto de vista, han hecho una gestión deficiente, una dejación de funciones.

- Como parte del órgano rector, ¿no le dijeron en ningún momento que se estaban equivocando?
- Ellos pensaron que trayendo a un director deportivo de prestigio -sigo insistiendo en que Miguel Torrecilla lo es- se solucionaría todo, pero Torrecilla no es quien tiene que ejecutar las decisiones ni quien tiene que planificar. El club es el que tiene que determinar las necesidades. Pero al señor Torrecilla se le otorgan unos poderes fuera de lugar. Es un señor que viene de Vigo, que ha hecho un proyecto a largo plazo, y el Betis necesita resultados inmediatos. Llevamos 7 años arrastrando esa situación.

- Háblenos de su proyecto.
- Nosotros creemos que el club se tiene que regenerar completamente.

- Pero no se puede echar a todo el mundo que trabaja ahí, ¿o sí?
- Dentro del club hay grandes profesionales, pero hay que dirigirlos y tienen que abrazar un proyecto y hacerlo suyo. Quien muera por este proyecto, quien crea en este proyecto... desde el utillero hasta el último empleado de las oficinas tienen que creer en este proyecto. Eso se trasmitirá a la plantilla y se verá sobre el campo. Hay que implantar la mentalidad ganadora. El Betis tiene una mentalidad absolutamente derrotista desde que se entra en el vestuario hasta que se sale por la ciudad deportiva. Nadie cree que el Betis pueda. Esto es importantísimo para conseguir el segundo punto de nuestro proyecto: la identidad que el Betis ha perdido. El tercer punto es la planificación. El Betis ha dado muestras, por ejemplo con el señor Serra, de que trabaja a impulsos. ¿Por qué no se había planificado su llegada? Todo es una huida hacia adelante y una dejación de funciones alarmante. Yo sí sé lo que el Betis necesita. Desde pequeño. Sé lo que le hace falta. Sé lo que el Betis tiene que hacer y, si los béticos me dan la oportunidad, lo haré. El cuarto pilar de mi proyecto, la cantera. Yo he sido consejero de la cantera cuarenta días. La desilusión que existe es tremenda, la misma que existe en las oficinas y en la plantilla. En esos pilares: identidad, proyecto, planificación y cantera, además de afición, se basa mi proyecto. ¿Cuánto tiempo hace que no se escucha a la afición? Sólo se la ha escuchado cuando ha pedido la dimisión del presidente y porque ya no podía más. Al bético se le ha escuchado siempre. A la afición hay que escucharla, aunque para mí sea incómodo, pero la afición tiene que tener su lugar. Por eso voy a recuperar la junta consultiva con los 120 socios más antiguos, a los que hay que preguntarles.

- Hablando de la regeneración, Alfonso dijo hace unos días que no descartan contar con las acciones de Castaño. ¿No cree que eso puede ser entendido como una vuelta al pasado más que como un intento de evolución?
- Aquí hay dos temas muy importantes. Por un lado está el Manuel Castaño accionista, que tiene un 4,5 por ciento de acciones y como tal tiene derecho a conocer mi proyecto y a decidir si le gusta o no. De ahí a que me digan: 'Usted va a pactar con el señor Castaño'. Yo no voy a pactar nada con el señor Castaño. Igual que no he pactado con la Peña Bética de Marchena o de Bellavista. Son accionistas. Yo le voy a explicar al señor Castaño mi proyecto. Si el señor Castaño cree que es un buen proyecto, me votará. Si no, no me votará. Yo no voy a permitir injerencias ni del señor Castaño, ni de las plataformas ni de los entornos. El que crea en mí, vendrá conmigo. Venir conmigo no significa estar sentado conmigo en el consejo. En cuanto a lo de la regeneración, el Betis tiene que superar muchos estigmas. En estos momentos yo pretendo construir la base de lo que tiene que ser el Betis, pero un Betis de futuro necesita una unión mínima. El tiempo del odio pasó. O se pasa página o no avanzaremos nunca.

- ¿Le da igual si queda quinto o decimoquinto?
- Cuando hablamos de ganar, ganar y ganar, hablamos de mentalidad, de dar la cara, de competir. Lo que no podemos pensar es que en un año el Betis va a aspirar a la Champions; sería vender humo. Yo lo que vendo es que la plantilla tenga ese veneno que le falta a la institución. Nos falta ese veneno bético, que la plantilla luche cada domingo, cada balón, se deje la piel en el campo. A partir de ahí, los resultados llegarán.