La constatación de la
permanencia en Primera división, más por deméritos ajenos que por méritos propios, ha permitido a los responsables béticos adelantar trabajo en materia de planificación. Incluso, la victoria ante el Eibar, que certificaba un secreto a voces, ha otorgado la tranquilidad necesaria para despejar cualquier amenaza sobre el futuro de
Víctor Sánchez del Amo que enturbiara una hoja de ruta que no incluía un nuevo relevo en el banquillo.
Quizás lo haya en verano, aunque ahora prima el esbozo de la plantilla del próximo ejercicio, tomando decisiones sobre determinados futbolistas.
Como ya se ha desvelado a lo largo de la semana en este periódico, para
Miguel Torrecilla no hay más intocable que
Dani Ceballos, alrededor del cual se intentará confeccionar una escuadra de verdaderas garantías para dar un salto en la clasificación y, sobre todo, en las aspiraciones. Confía el salmantino también en que, una vez obrada la integración de la mayoría de los que se estrenaron en LaLiga en la 16/17, sea pertinente sólo la llegada de cuatro o cinco efectivos. Con todo, presume que necesitará más de los 18-20 millones presupuestados para traer a jugadores que marquen diferencias de verdad, por lo que escuchará ofertas por
Piccini, Durmisi, Adán, Pezzella e, incluso,
Sanabria, siempre que aquéllas se atengan al justiprecio fijado desde la planta noble del Estadio Benito Villamarín.
La idea de la dirección deportiva es contratar a dos laterales zurdos, uno diestro, un central y un delantero (posiblemente, también un mediocampista creativo, pero las prioridades son las apuntadas), invirtiendo las mayores cantidades en los dos últimos, si bien dependerá la envergadura de éstas, así como otras posibles carencias, de las salidas que se produzcan (por ejemplo, si se traspasa a Adán). Para el artillero, el perfil deseado está muy claro:
velocidad, carácter y pegada.Casi todas las miradas apuntan a
Sergio León, que cumple a la perfección con las virtudes demandadas y que aúna un beticismo de cuna que siempre será un plus en Heliópolis. Desde que abandonara Los Bermejales, el palmeño no ha escatimado elogios y guiños hacia el club con el que debutó de manera testimonial en 2010. Muchos clamaban por su fichaje el verano pasado, tras proclamarse
‘Pichichi’ de Segunda división con el Elche, pero fue Osasuna quien apostó por él, abonando 1,7 millones de euros por su traspaso.
Diez goles y dos asistencias en 28 partidos hasta la fecha confirman que el otrora canterano verdiblanco, a sus 28 años, está preparado para
quitarse la espinita que conserva clavada desde hace siete años, aunque parece que todos los astros se alinearán al fin en las próximas semanas para que los caminos del Betis y Sergio León vuelvan a encontrarse. Tanto es así que, según ha trascendido, en estos días se han iniciado ya los contactos a tres bandas para facilitar un aterrizaje que todas las partes ven factible. El interesado dará facilidades, entre otras cosas porque existen cláusulas en su contrato que le permiten elegir destino en caso de consumarse el descenso de los navarros, destino prácticamente inevitable.
En esta tesitura, el precio del artillero, que tiene contrato hasta el 30 de junio de 2020, descendería notablemente. Su cláusula de rescisión, cifrada en
diez kilos, quedaría en unos aceptables dos y medio, aunque en el Betis confían en poder rebajarla, incluyendo en la operación, si fuera necesario, algunos descartes del plantel que pudieran venir bien a los pamploneses en la hipotética ‘operación retorno’. Las relaciones entre ambas entidades son fluidas, lo que, unido al
deseo expreso de Sergio León de volver a Sevilla y a su compromiso de poner todo de su parte para que así sea, convierte a los heliopolitanos (si no se duermen, como en otras ocasiones) en los mejor situados, por delante de
Levante, Espanyol o Deportivo.