El
Betis iniciará el próximo domingo ante
Las Palmas en el estadio Gran Canaria (20:45 horas) un exigente calendario de ocho partidos con una mayoría de rivales que lo superan en clasificación y en rendimiento, y con los que deberá apuntalar y firmar lo antes posible el objetivo de la permanencia.
Tras las dolorosas derrotas ante
Espanyol (2-1) y
Villarreal (0-1), los verdiblancos andan clasificados en decimocuarta posición con 31 puntos.
Por ello, el partido con el que los de Víctor Sánchez, ratificado por el club para la próxima temporada y cuestionado por la grada ya en ésta, reanudarán la competición ante Las Palmas se antoja fundamental para recomponer ánimos y, sobre todo, para alejar posibles fantasmas.
Cuando la permanencia se consideraba virtualmente sellada, los últimos resultados del
Betis y, sobre todo, las sensaciones que ha dejado el equipo han encendido las luces rojas.
Tras el partido ante los de
Quique Setién, los béticos regresarán una jornada más tarde al
Villamarín para enfrentarse al
Eibar y, sobre todo, al severo escrutinio de una afición.
El objetivo marcado a principios de año de quedar en décima posición se antoja imposible porque está a diez puntos y lo ocupa un equipo tan fiable como el
Celta, que los de
Víctor visitarán el próximo 23 de abril en una doble salida que los llevará cuatro días más tarde a Bilbao para jugar con el
Athletic.
El siguiente compromiso casero será ante el
Alavés de Mauricio Pellegrino, otro de los equipos fuertes de este año al que se enfrentará el próximo 30 de abril, ante de viajar a
Leganés, recibir al
Atlético de Madrid y terminar el año en El Molinón ante el
Sporting de Gijón.
De la recuperación anímica, en juego y resultados, de los de
Víctor dependerá y mucho que el partido ante el Sporting sea, o no, decisivo para un objetivo que en nada se parece al que los rectores béticos se marcaron al comienzo de la temporada y que hizo afirmar a
Ángel Haro que todo lo que sea quedar por debajo del décimo sería "un fracaso".
Lo que les queda a los 'implicados' en el descenso