El
Villarreal se ha convertido en el nexo que une los legados de
Gustavo Poyet y de
Víctor Sánchez, en una inmejorable metáfora de un
Betis que lleva toda la Liga sumergido en las profundidades, sin llegar a tocar fondo por demérito de otros equipos, pero sin atisbar siquiera la superficie.
El ‘Submarino’ fue el verdugo del uruguayo, despedido tras caer por 2-0 en El Madrigal hace justo ahora una vuelta liguera, la que cumplirá ante el cuadro amarillo el técnico madrileño, que navega con un rumbo que en nada se diferencia del que le costó el puesto a su antecesor.
Y es que, tras su cese, Poyet dejó al Betis situado en una más que cuestionable decimocuarta posición, con únicamente 11 puntos en 11 jornadas (un punto de media) y a cinco de la novena plaza marcada por el club como objetivo de esta campaña.
Con Víctor, 18 encuentros después del relevo en el banquillo, el conjunto heliopolitano sigue siendo decimocuarto y ya ve al noveno clasificado (que precisamente es el
Espanyol, su rival del pasado viernes) a
12 puntos de distancia. Una renta a priori insalvable a falta de 27 por jugar.
Con el extécnico de Deportivo y Olympiacos, el Betis sólo ha sido capaz de mejorar en una décima su proyección. Lleva 20 puntos en 18 citas con él, es decir, un pírrico promedio de 1,1 puntos por choque. Demasiado poco.
La irregularidad del Betis se traduce en unas cifras que no engañan. Decimocuarto tanto con Poyet como en la actualidad, en una hipotética clasificación con las 18 jornadas de la ‘era Víctor’ el equipo de las trece barras sólo sería capaz de subir un puesto. Sería decimotercero, con cinco victorias, otros tantos empates y ocho derrotas. Además, de esos cinco triunfos cosechados, tres llegaron en las seis primeras citas del nuevo míster, en apenas mes y medio.
En los últimos tres meses de Liga, sólo ha sido capaz de vencer en otros dos encuentros de los 12 que ha disputado.
Ante tantos paralelismos -otro de ellos sería la falta de autocrítica de ambos a la hora de leer estos datos tan demoledores en sala de prensa- entre los dos entrenadores que han dirigido al Betis en estas 29 jornadas disputadas hasta la fecha, sólo existe una diferencia. Sustancial, eso sí: mientras Gustavo Poyet viajó a Villarreal muy desgastado y prácticamente sentenciado ya, Víctor Sánchez del Amo recibirá al cuadro castellonense, mañana en el Benito Villamarín, tras recibir el espaldarazo del club; representado en la figura de su director deportivo, quien le ha confirmado ya en el puesto de cara a la próxima temporada, pase lo que pase en el tramo final del presente curso.
Será que le ofrece mejores sensaciones, a pesar de calcar el ritmo de Poyet.