Si la situación pintaba mal allá por el mes de agosto, ahora no ha ido a mejor. New York Knicks y Toronto Raptors están enfrascados en el inicio de una lucha judicial que puede llevar a los canadienses a tener que pagar muchísimos millones a los neoyorquinos, quienes en el mes de agosto les demandaron por espionaje.
Suena a película, pero así es lo que está ocurriendo en la NBA. Los de la Gran Manzana denunciaron a los canadienses porque un empleado de los Knicks habría enviado documentos clasificados y privados a los Raptors, franquicia que le había ofrecido un contrato de trabajo y con la que actualmente estaría trabajando. Más claro: en New York denuncian que el ya ex empleado usó los últimos días que perteneció a la franquicia para sustraer información confidencial.
Ante tal reclamación, Toronto contestó con un escrito remitido al juzgado en el que señalaba que los neoyorquinos no tenían base ninguna en su demanda y que lo hacían de cara a la galería; es decir, que no era más que un truco de relaciones públicas. A ello añadieron que entendían que el organismo que debía decidir en este caso era la propia NBA, por lo que instaba al tribunal a no tener el caso en consideración; una petición que no ha gustado nada en los Knicks.
Según señala ESPN, medio que ha tenido acceso al último documento enviado por los de Nueva York al juzgado, estos tienen claro que en ningún caso debe mediar el comisionado de la NBA, Adam Silver, quien entienden que entraría en un conflicto de intereses al ser amigo de uno de los propietarios de los Raptors. Además, creen tener base jurídica suficiente para seguir adelante con el proceso.
"Fuimos víctima de un robo de archivos confidenciales y de propiedad, lo que es una clara violación del derecho penal y civil, y seguimos confiando en que el Tribunal decidirá a nuestro favor en este asunto", comentan desde MSG Sports.
Habiendo realizado todo el recorrido hasta aquí, y pensando que tienen las de ganar este proceso, en los Knicks estarían por la labor de pedir una indemnización que superase los 10 millones de dólares, ya que esa es la cantidad en la que estiman el valor de los documentos que ahora obran también en manos de los Raptors. No es una cifra cualquiera, ya que coincide con la máxima multa que puede imponer la NBA a un equipo según los estatutos de esta.