El duelo de la jornada en la Euroliga no ha defraudado, y nos ha regalado 40 minutos del mejor basket de Europa en los que el Barça fue mucho mejor en un tramo muy largo, llegando a gozar de una ventaja de 16 puntos, pero que se vino abajo cuando Panathinaikos se creció aupado por un Kostas Sloukas excelso y una grada del OAKA que una noche más demostrado que el infierno en el deporte existe y está a las afueras de Atenas. Con esta derrota el Barça suma su segundo tropiezo seguido y pierde la segunda plaza en favor de los griegos, además de complicarse el factor cancha, a solo tres jornadas del final de la temporada regular, al empatar con el Mónaco y quedarse con solo un duelo de renta con el Fenerbahce.
Después de la triste imagen mostrada en Estambul hace dos días, hoy el Barça fue otro desde el inicio, gracias a una intensidad defensiva que incomodó a sus rivales, provocando pérdidas que les permitieron jugar muy rápido y lograr un buen parcial inicial. Especialmente destacada fue la aportación de Vesely, que mandó en la zona, y Satoransky, tanto en la dirección como reboteando. Eso sí, la pareja checa se encontró a Kendrick Nunn, el mejor de los griegos en el primer cuarto, que dejó en tres la renta al final del primer cuarto. La inercia positiva con la que terminó el primer periodo dio alas a los de Ergin Ataman, para gozar de una mínima renta que resultó ser un espejismo, ya la segunda unidad azulgrana, comandada por Ricky Rubio y Willy Hernangómez, endosó un parcial de 0-16, colapsando la zona ateniense y domando al pívot Mathias Lessort. Pese al empeño de Mitoglou, que terminó el primer tiempo con 9 puntos, el Barça no se vino abajo y cerró unos grandes 20 minutos, con una cómoda renta de doce puntos.
Reaccionó, y de qué manera, Panathinaikos en la reanudación. Apretando en defensa con un enorme Jerian Grant, y con la irrupción de Kostas Sloukas, quien movió los hilos en ataque a las mil maravillas para que los exteriores empezaran a anotar desde el perímetro y los interiores controlaron el rebote.Con eso tuvieron suficiente los locales para dar la vuelta al marcador en ocho minutos, aunque no terminaron el tercer acto por delante porque Willy y Abrines, este último con un triple, se erigieron en los salvavidas de un Barça a la deriva. En el último cuarto, Sloukas continuó con su exhibición en la dirección de juego, lo que agradecieron los exteriores verdes que gozaron de tiros liberados para castigar desde la línea de tres, situaron el 76-70 a cinco minutos para el final. Tampoco ayudaron algunas decisiones arbitrales que descentraron al banquillo azulgrana, penalizado con dos faltas técnicas por protestar, la última de ellas a Grimau, que hizo que el Barça bajara los brazos hasta el 89-81 final.