Mucho se ha hablado de la transformación de
Rubén tras la salida de
Poyet, su regreso al centro del ataque y la asunción del papel decisivo que tradicionalmente venía ocupando, pero más importante aún ha sido en estos dos últimos meses la aparición de
Ceballos, al que ya algunos daban por perdido como tantas otras promesas de la cantera bética que se han ido apagando en los últimos años. Sus compañeros lo han dicho cada vez que han podido: había que estar muy ciegos para no ver lo que se estaba desperdiciando. Una ceguera con nombre propio: Gustavo Poyet.
"Ceballos puede ser importantísimo, depende de él", decía el técnico uruguayo a su llegada, el 10 de julio. "A Ceballos le pido tranquilidad, cuando se afiance puede ser decisivo", 'rectificaba' a mediados de septiembre; "Si hay gente que dice que Dani Ceballos tiene que jugar me parece fenomenal, pero de momento yo considero que no tiene que hacerlo", diría tras la primera vez que le dejó fuera por motivos técnicos, a finales de octubre. Luego, la nada... Esto se convertiría en habitual en sus últimos partidos y, para él, ya no merecería ni explicación. En total 202 minutos repartidos en cinco encuentros, sólo uno como titular. Y con Martin, Felipe y Brasanac claramente por delante de él en las rotaciones.
"Me tenía apartado", diría después el de Utrera sobre su situación. O, al menos, así se sentía un jugador que llegaría a plantearse su marcha al Atlético de Madrid cuando, avisados de lo que podían pillar barato, se interesaron por él. Con Víctor todo cambió. Desde su llegada sólo se ha perdido siete minutos, en su debut y porque Dani estaba exhausto, y se ha convertido en el principal valor de un equipo que, de hecho, tiene como objetivo buscarle un socio.
¿Qué es lo que vio, o no vio,
Poyet para tomar las decisiones que tomó? ¿Cómo pudo no tener en cuenta a un jugador que es el que más corre del equipo y el que más soluciones aporta en el centro del campo y el ataque? ¿Qué tuvo que hacer para ser sólo titular en 1 de 11 partidos y jugando de doble pivote junto a Petros? ¿Cómo pudo confiar siempre en Felipe, pese que no mejoró lo ofrecido por Dani, en la posición que ahora ocupa? Éstas y muchas otras preguntas que ya no tendrán respuesta del ex técnico, pero que sí la han tenido del jugador utrerano sobre el campo.
Desde que
Víctor le dio mando en plaza no sólo lo ha jugado casi todo sino que ha sobresalido en muchas facetas. Lo ha hecho en ataque por delante del doble pivote o formando parte de él, ha sido el que más kilómetros ha hecho, uno de los que más balones ha recuperado y ha mejorado sus números, tanto en el porcentaje de pases –tiene un 81% según el portal especializado Whoscored- como en las estadísticas globales, a lo que había ofrecido en pasadas temporadas. Ha dado el paso adelante que se le pedía desde que Pepe Mel lo mimaba y trataba de reconducirlo para que jugara de mediocentro. Sin duda, sobre él debe asentarse el futuro de este club. ¿No lo viste, Poyet?