Carlos Alcaraz se ha quedado sin poder disputar la final de Roland Garros, habría sido histórico. El número 1 compitió muy bien ante el serbio Novak Djokovic, pero al inicio del tercer set sufrió una lesión que le hizo perder su nivel de juego. Apenas podía competir y, en contra de lo que en su banquillo le aconsejaron, siguió jugando. Él explica por qué después del duro partido en el que cayó ante Djokovic por 6-3, 5-7, 6-1 y 6-1.
“Nunca había sentido algo así en el pasado, los calambres empezaron en la mano, luego en las piernas y han acabado siendo por todo el cuerpo”, detalla el tenista murciano en declaraciones posteriores al partido. “Nunca lo había sentido con esta intensidad, tengo que aprender de este problema”, dice.
Carlos Alcaraz explica también que esos calambres que sintió en el tercer set por todo el cuerpo le dificultaron moverse en semifinal de Roland Garros contra Novak Djokovic y fueron fruto de la intensidad del partido. “Sentí calambres por los nervios y la tensión de jugar con una leyenda como Djokovic. Él te lleva al límite y te va exprimiendo poco a poco. Si alguien juega contra Djokovic y dice que no nota tensión, miente. Tengo que aprender la lección para la próxima vez. La tensión me ha pasado factura tras dos sets muy duros. Lo que me ha pasado lo achaco a un tema mental, he entrado al partido más tenso de la cuenta”.
En ese sentido, su nerviosismo iba encaminado a la entidad de Djokovic, su rival en la tarde. Eso unido a la intensidad del partido fueron el cóctel perfecto para que se lesionara. “Lo achaco a lo mental. He entrado más tenso de la cuenta y no he sabido relajarme. Esa tensión extra en un Grand Slam te pasa factura y con lo tensos que han sido los dos primeros sets, más aún. Novak te exige al máximo, te va exprimiendo poco a poco”, una explicación un tanto preocupante. Siendo el número 1 del mundo, debe aprender a gestionar esas emociones en el futuro para seguir creciéndose. Él reconoce su problema y seguirá trabajando, no hay que olvidar que tiene aún 20 años y que era un duelo ante todo un veterano. El duelo de mayor diferencia de edad en Roland Garros.
Tras lo sucedido, seguir jugando podría ser contraproducente. Sin embargo, Carlos Alcaraz quiso seguir. Lo explica del siguiente modo: “Yo le decía a mi banquillo que estaba jodido, pero no me he planteado la retirada. Pensaba que, en el cuarto set, tenía un 1 por ciento de opciones. Me hubiera comido mucho la cabeza si me retiro”. “He intentado aguantar lo máximo posible, el tercer set fue muy complicado, pero en el cuarto pensaba que tenía un 1% de posibilidades y quería aferrarme; contra Novak es muy complicado”, reconoce.
“Duele bastante irse así de la pista en una semifinal”, asegura. Sin embargo, él quiere pensar en positivo, tomárselo con filosofía y seguir aprendiendo. “Dentro de lo jodido que es perder una semifinal de Grand Slam, no me voy tan jodido”, señala. Su equipo también está “jodido” y es lógico. “Todos saben lo difícil que es perder un Grand Slam, no sólo Roland Garros”, dice. Y continúa diciendo que “las emociones están a flor de piel por la derrota”. Además, explica que es necesario “dejar que pase el tiempo”.
¿Qué queda ahora? “Ahora toca ver lo que ha pasado, lo que he hecho mal, lo que hay que mejorar de cara a los próximos partidos”, dice de forma muy madura un Carlos Alcaraz dispuesto a aprender de las “lecciones” que le ha dado este torneo, donde ha brillado desde el primer partido.
A Djokovic lo terminaron abucheando en dos ocasiones: cuando tardó más de seis minutos en regresar del baño al final del segundo set y por las celebraciones en los puntos y al final. Carlos sobre lo primero asegura que “no ha influido para nada” y, sobre lo segundo, rechaza cualquier polémica: “Yo habría hecho lo mismo”.