Novak Djokovic acaba de hacer historia en el tenis, ya lo había hecho otras veces. Pero esta vez es distinta: ha conseguido su Grand Slam número 23 en Roland Garros y con ello ha superado varios récords que lo ponen como el mejor del mundo. Ha superado a Rafael Nadal en grandes, el mallorquín tiene 22 hasta la fecha, por los 20 de Roger Federer. Además de ello, ha arrebatado a Carlos Alcaraz el número 1 y es el único tenista en lograr el Open de Australia, París, Nueva York y Wimbledon en, al menos, 3 ocasiones. Acumula 10 Open de Australia, 7 Wimbledon, 3 Roland Garros y 3 Open de Estados Unidos. La Federación Francesa de Tenis lo ha conmemorado con una réplica en pequeño tamaño de la Copa de Roland Garros, en su zócalo están grabados los años de todas sus victorias en los grandes torneos.
Es normal que llore, las emociones están a flor de piel. No es la persona que mejor cae en el terreno parisino, donde ha recibido abucheos y silbidos en más de una ocasión. Puede que, a veces, no sea entendida su forma de ver la vida. Pero es indudablemente una persona fiel a sus valores, que difícilmente se doblega. Le costó un tirón de orejas del propio gobierno francés, pero se diría a sí mismo ‘No escucho y sigo’ y siguió hasta lograr, a sus 36 años, ganar el Roland Garros. “Yo soñé una vez con ganar Wimbledon y ser campeón de GS, y una cosa es segura; creo que he tenido en mis manos el poder de crear mi propio destino. Vivan el presente, olviden el pasado, el futuro va a pasar, pero si quieres un futuro mejor, tienes que crearlo”, dice emocionado Novak Djokovic. Aquel que creció a la sombra de Federer y Nadal y que ahora ha logrado superarlos.
Después de vencer sus lágrimas reflejan lo duro que ha sido y también es una forma de explotar de alegría. Lo que ha logrado es emocionante. Engrosa los libros de historia. “No es una coincidencia haber ganado el 23 Grand Slam aquí en París”, dice el serbio, “este torneo ha sido siempre el más duro de ganar”. Para Novak Djokovic “es un sentimiento increíble” el hecho de recibir la Copa de los Mosqueteros, de la mano del extenista Yannick Noah, quien venciera hace 40 años en la pista.
“Estoy muy orgulloso”, dice. Y no es para menos. Es un momento de “muchas emociones”, dice Nole, mientras lucía una chaqueta de chándal en la que se puede ver un 23 con colores de la bandera de Serbia. También tuvo palabras para el público francés, a los espectadores con los que ha tenido sus más y sus menos les da las gracias por haber creado “una atmósfera especial, maravillosa”, “muy, muy especial”, reitera.
Para llegar a la final, ganó en semifinales a Carlos Alcaraz. El murciano sufrió una serie de calambres que lo dejaron clavado en la pista y terminó a rastras el partido, de una forma muy digna. Ahora, después de que Djokovic haya logrado vencer a Casper Ruud, se han sucedido felicitaciones, como la de Rafa Nadal. También Carlos Alcaraz ha querido dejarle un mensaje en Twitter, donde ha citado el tuit del perfil oficial de la competición en el que aparece Djokovic con la Copa con este texto: “¡Muchas felicidades por el trofeo y por el nuevo disco!”.