Se palpaba la tensión en el Ramón Sánchez-Pizjuán, tanto en la mayoría sevillista que copaba las gradas en los estertores de un día laborable, de preferia para más señas, como en los más de mil cadistas que acompañaron a su equipo en una nueva intentona de quedarse en la máxima categoría del fútbol español. Al final, un reparto de puntos que seguramente no convenza del todo a ninguno, insuficiente para sus respectivos objetivos. En el caso nervionense, los tres partidos en casa de este quinteto final de entregas se daban por descontados por la fortaleza en la 'Bombonera', que solamente pudo asaltar el Real Madrid, remontando en el alargue un 2-0. Con esas nueve unidades, la Champions sería una realidad, aunque el paso corto avanzado con las tablas deja todo en el aire.
Porque los de arriba están fallando, todo, incluido el Sevilla FC, mientras que los que vienen por detrás tampoco están manteniendo un rendimiento regular, si bien cualquier oportunidad es un peligro. El resultado, justo a todas luces por la superioridad amarilla en grandes fases del encuentro, supone un espaldarazo a las opciones gaditanas por lo complicado del escenario y del oponente, aunque el punto sabe a poco teniendo en cuenta que la ventaja era ínfima sobre la zona de descenso, por lo que el vecino Granada podría superarle de vencer en esta jornada. Está todo tan apretado, por Europa y por la permanencia, que cualquier detalle se antoja decisivo.
El análisis de las imágenes del derbi andaluz deja la felicidad de En-Nesyri, que se reencontró con el gol más de medio año después en una campaña aciaga de lesiones y Covid, algo común en toda la plantilla blanquirroja. También la garra, la intensidad y el nerviosismo que acompañó a ambas escuadras. O la precisión de Lucas Pérez, que convirtió una falta en la frontal, un tanto escorada a priori para él al ser zurdo, en una obra de arte que supuso el empate, a la postre definitivo. Muchas emociones en una grada con el corazón partido y dividido. Habrá que seguir remando en ambas orillas en dirección a una meta todavía lejana y nebulosa.
Este fin de semana, y también el lunes con la visita a Getafe del Real Betis, quedarán muchos capítulos por escribir. Se deberá mirar a otros campos, como muchas veces, pero esto añade un plus de emoción a un epílogo como no se recordaba en estas tierras.