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No tengo ninguna duda de que lo mental es clave. Hoy en el primer tiempo no pudimos jugar el partido que queríamos y en el segundo fue lo contrario. Quien pueda ejecutar mejor ese equilibrio emocional estará mas cerca de ganar", señalaba ayer Diego Simeone tras caer ante el Athletic, algo que le podría hacer perder esta semana el liderato -si el Barça gana su partido aplazado- por primera vez en muchos meses.
El 'Cholo' señala que la fuerza mental en las cinco últimas jornadas será clave y ahí
el Sevilla cuenta con una seguridad que ya mostró en el final de la campaña pasada, en aquellas dos semanas en Alemania en las que se marcó un objetivo y acabó llevándose el título ante clubes que le doblaban y triplicaban el presupuesto como Manchester United e Inter de Milán.
En este sentido, Simeone añadió que aunque al final de la primera vuelta llegaron a tener "muchos puntos de ventaja" respecto a Real Madrid y Barcelona tenían claro que ambos equipos "no iban a salirse de la pelea de todos los años" y que a ellos se ha unido esta temporada el Sevilla. "Esto nos genera, a mi gusto, situaciones importantes porque al menos somos cuatro en esa búsqueda y ahora será el que tenga más fuerza mental que esté más cerca de ganar. Seguimos dependiendo de nosotros y dependerá de esa fuerza mental, de la personalidad y de lo determinantes que podamos ser", insistió.
El Sevilla, de los cuatro equipos aspirantes, es
el que se ha mostrado más en forma en el último mes y medio de competición. En las cinco últimas jornadas ha logrado un pleno de triunfos, con cuatro puntos más que el Madrid, seis más que el Barça -con un partido menos- y ocho más que un Atlético que no estaría entre los ocho primeros en esta clasificación.
A eso se une
la seguridad del Sánchez Pizjuán, donde ha ganado 12 de los 16 partidos que ha jugado -sólo le supera el Atlético con 13- y donde va a disputar tres de los cinco que aún quedan pendientes. El único hándicap son los tres puntos que le separan del liderato -que serían cuatro si el Barça le gana al Granada-, pero en lo demás tiene argumentos reales para seguir soñando. El equipo ya
se ha conjurado para ganar. Y no tiene nada que perder.