"Fue un partido un poco
loco. Sabíamos que el
Celta aprovecha bien los
errores y cometimos bastantes en la primera parte, con una presión muy intensa de ellos que no supimos superar. Pero no perdimos ni un segundo en lamentarnos. Al descanso, sabíamos que eran fallos nuestros y que, si los corregíamos, llegarían oportunidades para marcar, como así sucedió", resumía en los medios del
Sevilla FC el encuentro Jules
Koundé, autor del 0-1, una acción que le dejó satisfecho, pero no la que vino poco después: "El centro de Marcos (
Acuña) es perfecto y estoy solo; únicamente hacía falta meter la cabeza. Una pena que después hiciera ese
penalti no tonto, pero sí donde tuve que hacer otra cosa. Al final, contentos por llevarnos tres puntos muy
importantes en nuestra lucha".
El francés insiste en que se vio un conjunto nervionense a
contraestilo: "No es habitual que encajemos tantos goles ni cometer tantos errores, pero el mensaje siempre fue positivo. Estábamos jugando bien, teniendo
ocasiones. Marcamos dos goles y nunca perdimos la confianza en la calidad de este grupo, que es mentalmente fuerte. Son tres puntos merecidos. El Celta nos creó
problemas con sus jugadores ofensivos, que son buenos y nos hicieron
sufrir mucho, pero estos partidos nos hacen más fuertes".
Por último, avisa de que ante la
Real Sociedad habrá que volver a dar el callo: "No está nada hecho; ése es el
mensaje. Nos toca mirar para abajo, pero más para arriba. El objetivo es clasificarrnos para Champions, aunque, si podemos
mejorar la posición en
LaLiga, lo vamos a intentar".