El 28 de diciembre, el padre de
Antonio Zarzana, una de las joyas de la carretera de Utrera, mandaba un aviso en
La Voz de Cádiz: "Entiendo que el Sevilla FC pasa por un gran momento y que es más complicado dar oportunidades a la cantera, pero
el momento de mi hijo es ahora. Lo será
en el Sevilla FC o en otro lugar". Y es que el jerezano acaba contrato el próximo 30 de junio y
no termina de renovar.
"Siempre hemos tenido tranquilidad y paciencia, porque sabíamos que estábamos en un buen sitio, en una de las mejores canteras de España y del mundo, aunque ahora
le toca al Sevilla FC ofrecer un poco más. Estamos esperando la llamada del presidente Pepe Castro.
Mi hijo está preparado para dar el salto.
Tenemos ofertas y si el Sevilla FC no da el paso,
tendremos que negociar nosotros. Hay que arriesgar para ganar", advertía el padre del jugador el pasado 28 de diciembre.
Y la realidad es que Zarzana
sí cuenta con una propuesta por parte del club nervionense, pero éste
no la acepta, mientras está pasando la temporada
prácticamente en blanco (ha disputado 269'), jugando muy poco con el Sevilla Atlético. En Eduardo Dato entienden que
el jugador debe dar los pasos habituales en casos como el suyo, mientras que el entorno de éste
aprieta con sus exigencias. Y, a día de hoy, las relaciones entre las partes están
casi rotas.
El sueño del internacional Zarzana de debutar en el Sánchez-Pizjuán podría no llegar nunca a materializarse, pues se está tensando tanto la cuerda que está
a nada de que se parta. Mientras tanto, está siendo
ofrecido a distintos clubes, españoles y extranjeros. Antes de recalar en el Sevilla, ya manejó
una oferta del Betis.
Su progresión, sea como sea,
se ha frenado porque su situación contractual sigue en el aire y
tener estabilidad, además, suele ser fundamental
para un que futbolista rinda como debe.