El
Sevilla FC encajó su tercera
derrota consecutiva en LaLiga, donde su
crisis de resultados (más que de juego) se agrava, merced a unas
inexplicables desaplicaciones en la recta final, posiblemente fruto del cansancio, tras una hora inicial de partido
prometedora. Se adelantó pronto y manejó el duelo a su
antojo, pero perdonó, hincando la rodilla de manera
injustificable en la recta final ante la superioridad
física y el empuje del
Athletic.
Arrancó con mucha
intensidad el cuadro hispalense. Con menos de 72 horas de
descanso respecto al duelo de Champions contra el
Rennes y casi sin
variaciones en su alineación, los de
Lopetegui eran conscientes de que había que hurgar en la herida vizcaína desde el primer minuto. Combinaban rápido y con precisión los (este sábado) azulinos, con
Jordán como 'instigador' y bastante profundidad por las bandas. Pudo abrir el marcador
En-Nesyri a los seis minutos, pero quiso controlar bien y perfilarse para el mano, permitiendo que
Yuri le metiera bien el cuerpo para robarle el balón. Tres más tarde, nadie pudo evitar que el marroquí mandara su zurdazo a la red, tras el pase de la muerte de
Ocampos, previo desvío oportuno por parte de
Yeray.
Manejaba
a sus anchas el encuentro el Sevilla ante un anfitrión
tocado en lo anímico que no daba tres pases seguidos. La velocidad en las
transiciones y el balón parado eran las únicas armas de un conjunto bilbaíno presa de la
ansiedad, todo lo contrario que los visitantes,
lúcidos y encaminados a dar carpetazo a su
mala racha liguera de resultados (la general quedó finiquitada en Champions el miércoles). Los rojiblancos apenas inquietaban el área de
Bono, casi espectador de lujo. En el 32, un pase larguísimo de
Navas lo cabecea
En-Nesyri fácil para el meta del Athletic, con
De Jong esperando, cómplice, en el primer palo y
Ocampos desmarcándose en el segundo.
Con
ventaja en el marcador y menos necesidad de agitar el juego, el Sevilla FC trataba de
dormir un poco el choque para que apenas pasaran cosas en esta fase, pues parecía
cantado que, con 0-1, el cuadro del cuestionadísimo Gaizka
Garitano tendría que
arriesgar más en la reanudación, dejando
huecos pintiparados para ampliar la ventaja a la contra. En el 41,
Raúl García firmó una llegada, al fin, peligrosa para los vascos, con un testarazo que rondó el
palo, aunque hacía mucho
daño su rival, con una doble ocasión de
En-Nesyri sin consecuencias a la postre. Fue lo último reseñable antes del intermedio.
En la
reanudación, más de lo mismo. De hecho, la
sentencia pudo llegar por la vía rápida a los cinco minutos: el incombustible
Navas, recuperado de sus molestias del primer tiempo, centra al segundo palo para que
En-Nesyri se suspenda en el aire y cabecee cruzado, aunque
Iñigo Martínez despejó la pelota sobre la misma línea de gol.
Garitano reaccionó con un doble cambio en busca de lo que, por lo visto hasta ese momento, se antojaba un milagro, dando entrada a
Unai López y Villalibre. Apenas varió el panorama, por mucho que
Williams pusiese a prueba la concentración de
Bono con un testarazo centrado en el ecuador de la fase decisiva.
Más peligro llevó el de
Dani García a la salida de un córner botado por
Álex Berenguer, si bien el portero marroquí lo solventó con idéntica eficacia. El carrusel de
cambios postrero iba encaminado, de un lado, a
revolucionar el epílogo, mientras que, del otro, Lopetegui trató de
apuntalar su medular para evitar sorpresas desagradables de última hora. En el 76,
Williams lo intentó a pierna cambiada, un disparo que envenenó únicamente el desvío a córner de
Diego Carlos. Una acción aparentemente
inocente que derivó en el empate: servicio que peina
Vesga para que
Muniain, solo en el segundo palo, remache a la red.
Había jugado con
fuego el Sevilla FC, confiado de su ventaja
mínima y desperdiciando varias oportunidades para
sentenciar, con lo que se acabó quemando. Se le hacía largo el encuentro a los azulinos, que empezaban a acusar la falta de descanso tras la cita de Champions, lo que trató de aprovechar el
Athletic para firmar una remontada por la que nadie habría apostado un rato antes. Y la firmó
Sancet, que acababa de saltar por Morcillo, rematando con la derecha libre de marca en el segundo palo un centro de
Williams.
Difícil de
entender y asimilar, pero el caso es que los hispalenses, que acariciaban su segunda
resurrección consecutiva para retomar la
buena senda, se dejó los puntos y gran parte de su
crédito en La Catedral, donde Gaizka Garitano salvó otro 'match-ball' con una victoria fruto de la
fe y del empuje ante un cuadro sevillista que se hundió en la media hora final del encuentro y que deberá
reflexionar.
FICHA TÉCNICA.-Athletic Club: Unai Simón; Capa, Yeray, Iñigo Martínez, Yuri; Dani García (Vesga 67'), Zárraga (Unai López 54'); Álex Berenguer (Muniain 67'), Raúl García (Villalibre 54'), Morcillo (Sancet 85'); y Williams.
Sevilla FC: Bono; Jesús Navas, Koundé, Diego Carlos, Acuña; Fernando (Munir 88'), Rakitic (Óliver Torres 68'), Joan Jordán (Gudelj 68'); Ocampos, En-Nesyri (Franco Vázquez 63') y De Jong (Carlos Fernández 88').
Árbitro: Del Cerro Grande (madrileño). Amarilla a los locales Raúl García, Iñigo Martínez, Williams, Unai López y Yuri, así como a los visitantes Fernando, Koundé, Acuña, Jesús Navas, Diego Carlos y Carlos Fernández.
Goles: 0-1 (9') En-Nesyri;
1-1 (76') Muniain;
2-1 (86') Sancet.
Incidencias: Partido de la octava jornada de LaLiga, disputado a puerta cerrada en San Mamés.