El apoyo y el reconocimiento estaban garantizados con independencia del resultado del
Sevilla FC ante el
Manchester United. No es fácil ilusionar a una afición empachada de celebraciones recientes. Hay
paladar fino, pero sobre todo hay
sentimiento de pertenencia. Este equipo ha logrado llegar más lejos incluso que otros que acabaron coleccionando plata. No hay ni un solo sevillista que no se sienta representado por estos
'Hermanos de Sangre' que dirige el sargento Lopetegui.
Este Sevilla tenía el
componente físico (solidez) y también el del
talento y la calidad. En esta concentración en Alemania ha sumado el arma definitiva:
el factor emocional. Con pasiones desatadas en una concentración 'tipo Mundial', aislados y sólo centrados en focalizar la
Sexta Europa League, ha afianzado su unión como grupo (reflejos del recibimiento a Gudelj o el apoyo de Vaclik a Bono). Esta cohesión ha maximizado el enorme potencial de un bloque bien trabajado, sacrificado en el esfuerzo, disciplinado y cuidado al detalle.
Luego, cuando uno está en ese delgado precipicio que separa la gloria de la tristeza, también necesita que le vengan a visitar antes que a su rival esa Diosa que
unos llaman Fortuna o Suerte y otros Inspiración, saber aprovechar tu momento. A este equipo hay que tumbarlo cuando tienes la ocasión, si no... es capaz de
soportar la mayor secuencia de mamporros imaginable para levantarse y golpear como lo hizo
De Jong, rematando un centro de Navas (quién si no) para poner el 2-1 a falta de sólo 10 minutos para el final.
Otra inolvidable noche para Bono
Partidazo el que se vivió en el Estadio Rhein Energie de Colonia (Alemania), digno sin duda de una semifinal de la Europa League, disputado y con los dos contendientes exhibiendo todas sus virtudes. El destino puso a prueba la
capacidad de reacción del Sevilla, que se vio con un gol en contra sin haber roto a sudar aún en un partido en el que Lopetegui
repitió alineación por tercera ronda seguida, dando continuidad a los hombres que habían hecho posible estar a un paso de otra final continental. Sus pupilos dieron la cara,
empataron pronto por medio de Suso y soportaron una avalancha gracias a un gigantesco Bono, el mejor de esta vibrante semifinal con todo un repertorio de paradones de enorme mérito -
amargando especialmente a Martial-, con el que el meta marroquí sigue reivindicando su valía en este tramo final de temporada.
Los ingleses
salieron en tromba, buscando desde el minuto 1 la portería del conjunto nervionense, que se tapó lo suficientemente bien como para negarle el disparo a
Greenwood. La réplica del pentacampeón fue una gran asociación de
En-Nesyri y Reguilón, quien acabó forzando un córner resuelto sin mayor trascendencia. Los de Lopetegui trataban de tener la pelota y los ingleses se cerraban bien atrás para
salir al ataque con velocidad y en pocos toques. Y así hallaron rápido el modo de hacer daño.
En una maniobra de
Rashford y Martial, el primero se fue de Koundé y encaró a Bono, que hizo un paradón pero vio como
Diego Carlos, en un intento por ayudarle, derribó al atacante rival y cometió
penalti. Bruno Fernández, máximo goleador de esta Europa League, adelantó al equipo británico en el 9' con un disparo lejos del alcance del marroquí, que esta vez no pudo repetir 'milagro', tras detener una pena máxima en los primeros minutos del duelo ante el Wolverhapton (a Raúl Jiménez).
El gol no descompuso al trabajado equipo blanquirrojo, que quería controlar el juego por medio de
Banega y Jordán ante un inmeso
Pogba, que intentaba abrir el campo con la conocida proyección de
Navas y Reguilón y que por primera vez ponía a prueba a De Gea con un duro zapatazo de Ocampos, que partió un día más desde la izquierda dejando la banda derecha al intermitente
Suso, quien encontraría en el 25' el
estímulo que tanto necesitaba su equipo y él mismo, en lo personal.
El Sevilla ponía la paciencia y el United los contragolpes, pero el 1-1 llegó con los
papeles cambiados. Fue en una salida desde atrás con menos pases de lo habitual, con Ocampos controlando pegado a la banda izquierda, con Reguilón entrando como un avión y poniendo
al área un centro raso que el gaditano remachó en el segundo palo. Vuelta a empezar; pero ahora, con los de Solskjaer sabiendo que este equipo nunca se rinde.
Los 'Diablos' (esta vez con traje oscuro), que es un bloque tan compacto y bien dotado físicamente como el sevillista, redujeron sus niveles de efusividad y matizaron su alegría para irse arriba tras el empate. No obstante,
Martial, que disparó arriba recién pasada la media hora de juego;
Rashford, que obligó a lucirse a
Bono en un lejano libre directo; y
Bruno Fernández, siempre preparado para armar la pierna, no paraban de reinvindicarse como
permanentes amenazas a tener en cuenta por la zaga del cuadro andaluz.
Golpeado pero imposible de tumbar
Al descanso se llegó con 1-1... gracias al portero del Sevilla y a sus
numerosas paradas. La misma tónica dejó las primeras jugadas reseñables en la reanudación.
El norteafricano volvió a hacerse gigantesco en sendos mano a mano ante Martial, que estrelló ambos remates en el cuerpo del meta. La defensa se esmeró luego para lanzarse con todo y bloquear los respectivos rechaces de Rashford, primero, y de Bruno, acto seguido.
El delantero francés
cada vez veía más pequeña la portería de Bono, que volvió a negarle otras dos ocasiones consecutivas: una con el pie y otra... con lo que podía, lanzándose valiente a sus pies. Era preocupante lo mucho que llegaba el United y soberbias las respuestas del portero de un Lopetegui que
echó mano de su banquillo para intentar frenar la avalancha inglesa.
Munir y
Luuk de Jong, por un tocado Ocampos y un desdibujado En-Nesyri, fueron los revulsivos elegidos por el de Asteasu, visiblemente preocupado por lo que veía.
De Gea contemplaba el juego casi como espectador, pero las dos veces que tuvo que intervenir acabó recogiendo el balón de sus redes. Al menos, ese pequeño parón en el juego de los cambios vino bien al Sevilla, que
respiró, se reubicó y, poco a poco, comenzó a recuperar esa solidez desnudada por otro inicio fulgurante del United.
A este equipo
hay que tumbarlo cuando tienes la ocasión, si no... Después de soportar una
terrible batería de golpes, el equipo blanquirrojo
se mantuvo en pie y comenzó a recuperar sensaciones. A falta de ideas,
tiró de gen innato para alargar su leyenda en 'su' competición: mucha raza, balones a Navas, centro del palaciego y remate en el punto de penalti del gigante De Jong, que no pudo elegir mejor momento para marcar su primer gol como sevillista en la Europa League. A 10' para el final. A 10' para la Final. Para
otra final.
El Pentacampeón quiere seguir haciendo historia.
- Ficha técnica:
2 - Sevilla: Bono; Jesús Navas, Koundé, Diego Carlos, Reguilón; Fernando, Joan Jordán (Gudelj, m.87); Ocampos (Munir, m.56), Éver Banega, Suso (Franco Vázquez, m.75); y En-Nesyri (De Jong, m.56).
1 - Manchester United: De Gea; Wan-Bissaka (Fosu-Mensah, m.88), Lindelöf, Maguire, Williams (James, m.87); Fred; Greenwood (Odion Ighalo, m.93), Bruno Fernandes, Pogba, Rashford (Mata, m.87); y Martial.
Goles: 0-1, M.9: Bruno Fernandes, de penalti. 1-1, M.26: Suso. 2-1, M.78: De Jong.
Árbitro: Felix Brych (Alemania). Amonestó a los jugadores del United Brandon Williams (m.17), Rashford (m.66) y Maguire (m.86) y a los del Sevilla Diego Carlos (m.21) y Munir (m.86).
Incidencias: Primera semifinal de la Liga Europa disputada en el Estadio de Colonia (Alemania) a partido único y a puerta cerrada. Antes del encuentro los jugadores de ambos equipos y los árbitros hincaron las rodillas sobre el césped en una acción contra la discriminación racial.