Con el lógico respeto que siempre hay que tener hacia todo rival, porque la historia del fútbol está plagada de sorpresas y petardazos, a nadie escapa que el
Sevilla es muy superior al modesto
F91 Dudelange, que ya hizo historia el pasado curso al ser el primer club de
Luxemburgo en jugar una fase de grupos europea, hito que ha vuelto a alcanzar este curso tras superar tres rondas previas.
La ilusión será el gran arma de un equipo con muchos rostros diferentes con respecto al que la pasada campaña opuso un estilo atrevido en sus dos citas continentales ante el
Betis, rascando un empate en casa.
La obligación sevillista, por tanto, no es otra que igualar esa motivación con
profesionalidad y
concentración, para a partir de ahí imponer la lógica y sumar el
tercer triunfo consecutivo en esta Fase de Grupos. Una victoria que dejaría seis puntos de renta con el tercer clasificado y permitiría a los de
Nervión acariciar ya el pase a la siguiente ronda de una competición que sienten como suya y con la que vuelven a soñar.
La gratas sensaciones que transmite el equipo de
Lopetegui alimentan la esperanza de escribir un nuevo capítulo de ese idilio con el torneo que más alegrías ha dado al sevillismo. Aunque no es menos cierto que la falta de gol es un problema evidente que puede mermar, y mucho, las aspiraciones.
Ante el
Levante costó un mundo abrir la lata rival. El criticado
De Jong se quitó un gran peso de encima. Pero hoy llega de nuevo la oportunidad para los menos habituales, que deben aprovechar el asequible grupo europeo para reivindicarse y llamar a las puertas de un once con pocas rendijas abiertas. El ataque centra los focos y ahí reside precisamente la gran duda. Al fin,
Munas Dabbur podría tener la ocasión de disfrutar de minutos desde el inicio, pues
Chicharito ya fue titular en Liga. La grada, desde luego, espera con ansias al israelí, entusiasmada por los 37 goles que firmó la pasada temporada con el
Salzburgo.
Como ante el
Apoel, además, volverán a tener su momento el meta
Bono y jugadores como
Pozo, Escudero, Sergi Gómez, Gudelj, Franco Vázquez, Munir o un Rony Lopes del que también se espera que dé un paso al frente. En la medular, la duda está entre
Óliver Torres y
Joan Jordán, mientras que
Koundé repetiría en el eje por la lesión de
Carriço. Unos mimbres que ya fueron de sobra suficientes para doblegar al conjunto chipriota, al que el
Dudelange venció a domicilio en la primera jornada. Eso sí,
Nervión, como hoy, esperaba una victoria amplia y sólo cantó un gol. El problema está ahí. Es el momento de que la segunda unidad venza y convenza. Y de paso, de ponérselo más difícil a
Lopetegui. ¿Habrá llegado la hora de
Dabbur?