Tiemoué Bakayoko (24) lleva en la agenda del Sevilla desde que el pivote franco-senegalés jugaba en el Rennes. El AS Monaco se adelantó en 2014 y se le llevó a cambio de 8 millones de euros, para vendérselo al Chelsea en 2017 por 40. Pero en Londres no le ha ido bien, hasta ahora.
En Nervión lo sabían y, tirando de informes de Monchi,
Joaquín Caparrós dejó adelantada su llegada, negociada con su hermano, el pasado verano, si bien
Bakayoko acabó en el AC Milan como contraprestación a algunos asuntos que arrastraba con los 'rossoneros' el Chelsea.
En San Siro, tras un inicio complicado, el mediocentro acabó demostrando que, efectivamente, es un futbolista de nivel: fuerte, resistente y disciplinado tácticamente. El problema, además de que su salario se eleva hasta los 3,5 millones de euros, es que el club inglés no quiere prestarlo más y ha tasado su salida en 35 kilos.
Su nombre vuelve a estar encima de la mesa de Monchi y existe una fórmula por la que podría llevárselo al Sánchez-Pizjuán a cambio de
cinco millones y con una opción de compra obligatoria de 30. Mucho dinero, en cualquier caso.
Bakayoko, por ahora, sólo sabe que debe volver al Chelsea, donde se evalúa aún la marcha de Maurizio Sarri. Sin el italiano en el banco, sus posibilidades de seguir como 'blue' se multiplicarían. "
Tengo un contrato de tres años. No tengo otra opción y
no estoy seguro de qué va a ocurrir, pero
tengo que volver al Chelsea. Es lo único que sabemos ahora mismo", ha dicho el centrocampista en una entrevista concedida a
L'Equipe.
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