El 'efecto Caparrós' no se agota. Al contrario, ha dotado al Sevilla de la competitividad necesaria para pelear con argumentos por una cuarta plaza que sigue a un punto, si bien los nervionenses ascienden un puesto -son quintos- y distancian a rivales directos que sí pincharon, como Valencia o Alavés, llegando al derbi con renovadas ilusiones.
De ideas fijas, Caparrós
mantuvo su 4-4-2 asimétrico, con dos puntas y el Mudo de falso interior zurdo, aunque esta vez colocó a Banega en su puesto, por dentro, para sumar talento y restar una porción más de ese músculo con el que buscó reanimar al equipo en su estreno.
Esto, sin embargo, no sirvió para ver una versión dominadora de un Sevilla que, salvo en los compases iniciales, en los que quiso mandar y tener el balón, no lograba imponerse a un limitado Valladolid que se jugaba la vida. Es más, eran los pucelanos los que más y mejor llegaban al área contraria, buscando insistentemente el flanco diestro de la zaga nervionense, donde encontraban un oasis constante al arrastrar a Mercado hacia el centro.
Un filón que los locales no aprovecharon por su consabida falta de dinamita.
A los cinco minutos, Moi controlaba mal un balón colgado a esa zona, ya en el interior del área, y comenzaba así este particular calvario. Tres después, era Sergi Guardiola el que ponía un envenenado centro-chut que se iba fuera por poco y, acto seguido, repetía con otro pase que no hallaba rematador. Todo por el mismo flanco.
Entre medias, el balón parado sevillista a punto estuvo de dar rédito en el 9', pero el cabezazo de Mercado, tras el servicio desde la esquina de Banega, acabó con el balón besando la cara superior del larguero.
La acción más peligrosa de este arranque tenía color blanquirrojo, pero el Valladolid daba mayor sensación de peligro en un choque de fuerzas igualadas y la fue acrecentando con el paso de los minutos. Por los pelos no hizo el primero Keko mediado el primer acto tras otro balón colgado desde la siniestra, al cogerle bien la espalda a Promes y plantarse en boca de gol.
Se le vieron las carencias al holandés en esa jugada al actuar como lateral, pero en ataque era de lo poco potable de un Sevilla que echaba un mundo de menos a Jesús Navas. Los centros del neerlandés, sin embargo, no acababan en nada peligroso y los pupilos de Caparrós veían pasar el reloj sin encontrar el modo de imponer su mayor calidad, cada vez más incómodos y transmitiendo unos nervios que impedían atacar claridad.
A esas alturas,
con Banega y Ben Yedder ganándose sendas amarillas por protestar, síntoma de la impotencia, el Valladolid se había animado definitivamente y entraba ya también por la derecha, pero Keko no supo resolver en el área al filo de la media hora, como tampoco supo Anuar tras un error de Carriço que Juan Soriano enmendó no sin problemas.
Sufría el Sevilla. Pero en el 33', Sarabia botaba un córner y Ben Yedder cabeceaba a la red. Sin embargo, el Mudo había empujado antes a un contrario y Sánchez Martínez, tras revisar la acción en el monitor a instancias del VAR, invalidaba el gol en una polémica decisión, pues la falta, que lo era, se produjo antes de ponerse el balón en juego.
La jugada, al menos, sirvió para cambiar la dinámica y hacerse con el control de ahí al intermedio, gozando de un disparo lejano de Banega o un centro de Promes que Sarabia cabeceó justo antes de ser arrollado por Masip en un posible penalti.
Los sevillistas, en cualquier caso, supieron mantener la iniciativa en un segundo acto en el que Caparrós dio con la tecla de los cambios para conseguir tres puntos de oro. Antes, el cuadro blanquirrojo salió con decisión y su arreón inicial se pudo traducir en gol muy pronto. Primero, Mercado pedía otro penalti por un agarrón (este vez el VAR no revisó nada) y en el 50', Ben Yedder mandaba alto bajo palos, de forma inexplicable, un servicio de Banega desde la diestra.
Era otro Sevilla. Dominaba, abría el campo y llegaba por banda con facilidad. El problema es que en el área no había una referencia clara y esa buena puesta en escena no se traducía en ocasiones de verdadero peligro, atenuándose el dominio sevillista conforme avanzaba el partido para alcanzase el ecuador de este segundo tiempo instalados en una fase de ida y vuelta que lo dejaba todo en el aire.
Aparecía Juan Soriano en el 69' para desviar un disparo de Waldo que buscaba la escuadra. También lo intentaba Anuar con un disparo flojo desde la frontal. Pero respondía el Sevilla de nuevo a balón parado, con un cabezazo desviado de Mercado.
Los pucelanos se defendían con las líneas juntas pero no renunciaban a las contras. Es más, Sergio movía el banquillo y lo hacía para sacar a Unal, otro delantero. En esa partida, sin embargo, ganaría claramente Caparrós. Arriesgó el utrerano a diez del final al prescindir de un central (Sergi Gómez) para buscar más llegada con Roque Mesa.
Y la jugada le salió redonda.
El canario agarró el balón en el 84' y firmó un jugadón que acabó con
un disparo ajustado al palo derecho de Masip. Golazo. Ahora tocaba ser inteligentes y dominar bien unos minutos finales en los que el Valladolid colgó algún balón a la desesperada. Pero
lo que llegó fue el 0-2. Pase de Promes, asistencia de Bryan Gil -otro de los cambios del utrerano- y
gol de Munir. Cuatro partidos,
9 puntos y un gol en contra. Sufriendo y sin brillar. Pero compitiendo.
Al más puro estilo Caparrós.
- Ficha técnica:
0 - Real Valladolid: Masip; Moyano, Kiko Olivas, Calero, Moisés; Keko (Ünal, m.77), Alcaraz, Míchel (Waldo, m.57), Anuar (Verde, m.85); Óscar Plano y Guardiola.
2 - Sevilla: Juan Soriano; Mercado, Carriço, Sergi Gómez (Roque Mesa, m.80), Promes; Sarabia, Gonalons, Éver Banega, Franco Vázquez (Bryan, m.72); Munir y Ben Yedder (Kjaer, m.86).
Goles: 0-1, m.84: Roque Mesa. 0-2, m.92: Munir.
Árbitro: José María Sánchez Martínez (Comité murciano). Mostró cartulina amarilla a Alcaraz (m.45+), Míchel (m.47) y Moisés (m.71), del Real Valladolid, y a Banega (m.30), Ben Yedder (m.31) y Carriço (m.88), del Sevilla.
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima primera jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio José Zorrilla ante 17.989 espectadores.