Sin tiempo casi para conocer a sus compañeros, Marko Rog viajó a Barcelona y vio desde el banquillo el ridículo copero de su nuevo equipo. Tampoco tuvo minutos en Balaídos, pese a la evidencia de que hacía falta aire fresco. Pero ante el Eibar, aunque Machín fue prudente en su día al ser cuestionado por su posible debut, el croata podría tener su oportunidad.
El futbolista cedido por el Nápoles llega como alternativa para las tres plazas del centro del campo, pues puede actuar tanto de pivote, en el sitio de Banega, como por delante, en lugar de Sarabia o el Mudo. Un necesario revulsivo para una sala de máquinas atascada que debe ir entrando sin más dilación en la rueda de las rotaciones, pues el calendario, aun sin la Copa, se endurece de nuevo con la Europa League.
Por ello, Machín también espera como agua de mayo la total recuperación de Munir, llamado a refrescar a los delanteros, y de Wöber, ausente en los dos últimos partidos tras un esperanzador debut.