Cada vez que tiene la oportunidad,
Machín no duda en pedir refuerzos públicamente, admitiendo que en verano se quedó pendiente el hecho de apuntalar el eje de una zaga donde no cuenta con dos hombres por puesto. A ello se suma que
Gnagnon no ha dado el rendimiento esperado, por lo que el soriano dispone habitualmente de cuatro centrales para tres puestos, siendo por tanto una prioridad la contratación de otro defensa.
Se han tanteado opciones como las de
Marcano,
Calero o el portugués
Domingos Duarte, desvelada por ED. Pero a las oficinas del
Sánchez-Pizjuán llegan también ofrecimientos, y uno de ellos se ha traducido en un seguimiento del que se tienen positivos informes, según ha podido saber este diario.
Su nombre es
Pablo Martinez, central francés de ascendencia española que se ha asentado en la
Ligue 1 en las filas del
Estrasburgo, con el que suma esta campaña dos goles en 18 partidos ligueros. Se trata de un zaguero corpulento (182 cm de altura), zurdo y con capacidad para sacar el balón jugado, estando habituado a jugar en una zaga de tres además de poder actuar también como lateral zurdo.
A sus 29 años, le ha costado llegar a la elite, algo que logró en 2015, después de conseguir hasta seis ascensos en su carrera y pasar, entre 2007 y 2009, por la cantera del
Mallorca. "Mi paso por
España me gustó mucho, pero por desgracia era joven y no supe aprovechar la oportunidad. Claro que me gustaría volver. España es mi segundo país, todavía tengo familia allí y sería para mí un orgullo volver a jugar allí", declaraba tiempo atrás sobre esa experiencia un jugador que ha crecido enormemente desde que llegó a su actual club en 2017.
Entonces, sólo firmó por dos años, por lo que en junio acaba contrato y, aunque el
Estrasburgo quiere renovarlo, desea escuchar ofertas. Está ante su gran oportunidad. De momento, el
Sevilla lo sigue.