Adiós, Cholo. En un mes, el Atlético de Madrid ha dicho adiós a las tres competiciones por las que luchaba. Este miércoles, el Barça le arrebató la posibilidad de jugar la final de Copa del Rey, siendo la única aspiración del conjunto colchonero en el último tercio de la temporada el asegurarse la tercera posición.
A seis puntos del Real Madrid, segundo, y a nueve de un Barcelona a un nivel superior que los rojiblancos, pensar por luchar por el título se antoja una utopía, más si se tiene en cuenta que el Athletic Club, cuarto, está tan sólo a cuatro puntos de distancia. Lo que preocupa y ocupa, pues quizá hay que estar más pendiente de mirar para abajo que hacia arriba.
"El equipo está compitiendo muy bien, vamos a seguir compitiendo de la misma manera, con el mismo trabajo que estamos haciendo y focalizarnos en LaLiga”, dijo Simeone en rueda de prensa tras caer eliminado en Copa, apuntando claramente al Sevilla FC, su próximo rival en el campeonato doméstico.
Un Cholo Simeone que comienza a estar discutido, a pesar de seguir siendo una institución dentro del Atlético Madrid. Con contrato hasta 2027, el argentino aceptó reducir su sueldo de 16’5 millones de euros por campaña a 12 kilos netos. Su etapa en el banquillo colchonero podría estar llegando a su fin, siendo el propio Simeone quien tenga que decir mucho al respecto.
Simeone es un paraguas que ya cala
Hace tiempo que en la planta noble del Metropolitano dejaron solo a Simeone este curso, escondiéndose tras él y dejándolo a pecho descubierto ante cualquier polémica o problema, como ocurrió con el penalti de Jualian Álvarez. Simeone, por su parte, tampoco quiere echarse a la plantilla en contra, a pesar de que también hay cierta distracción en ella. “No hay reproches, reclamos tampoco, los futbolistas están dando todo, es lo que el equipo puede dar, estamos dando el máximo sin lugar a dudas y aspiro a seguir de la misma manera en Liga”, aclaró el argentino.
En el club operan desde hace tiempo nuevos ejecutivos en el que el sentimiento atlético no es lo primero y para los que Simeone es un paraguas que poco a poco va calándose. Su cargo, en cualquier caso, no corre peligro y el adiós del Cholo será más una decisión personal, acordada entre todos, que una destitución. La última palabra, en cualquier caso, la tendrá Simeone, que en algún momento tendrá que ser honesto y reconocer que hasta aquí ha llegado su etapa. En el Metropolitano tampoco tienen prisa. Y es que, entre otras cosas, se antoja complicado encontrarle un recambio que, como mínimo, te asegure lo mismo.