Ya hace algún tiempo que la
Navidad se ha colado en nuestros hogares. Es el momento de las buenas acciones, la alegría, la solidaridad... También de la familia. Y aunque
Machín no vuelve a casa, como el turrón, sí que vivirá hoy un reencuentro muy especial. De hecho, su salto a
Nervión se lo debe a la profunda huella que dejó en el
Girona, al que cogió en apuros en
Segunda para dejarlo en una elite desconocida por esas latitudes.
El grueso de la plantilla que, junto al soriano, hizo posible ese milagro también estará hoy enfrene. Su sucesor,
Eusebio, hasta ha respetado ese peculiar sistema que el de Gómara hizo famoso en
Montilivi y que en el
Sánchez-Pizjuán se encuentra cada vez más enraizado.
Pero dicho todo esto, el fútbol no entiende de sentimentalismos. A buen seguro, Machín sentirá hoy un pellizco al ver a su
Girona enfrente, pero las amistades se aplazan durante 90 minutos. Y de regalos, tan propios de estas fechas, nada de nada. Tras dos empates consecutivos a domicilio, el
Sevilla necesita volver a ganar en
Liga para seguir afianzado en esa apretada zona
Champions que comparte, desde un privilegiado segundo puesto, con los verdaderos favoritos a todo.
Las igualadas en
Mendizorroza y
Mestalla no supusieron un enorme rédito, pero sí dejaron la imagen de un equipo que sabe competir. Lo hizo ante el
Alavés durante la segunda mitad, mereciendo incluso mayor premio, y durante 89 minutos en Mestalla. Y ahora, superada la 'final' europea ante el
Krasnodar, toca seguir haciendo buena esa media inglesa de empatar fuera y vencer en casa. De hecho, desde que cayera ante el
Getafe a mediados de septiembre, el
Sevilla sólo sabe ganar delante de su gente, enlazando ya nueve victorias seguidas.
A esa fortaleza como local se aferran hoy los sevillistas. A eso, y al once de gala que presentará su técnico, pues se trata del penúltimo esfuerzo antes de que acabe el año y no es momento de concesiones. Por ello, Machín saldrá con todo, incluido el ya recuperado
Jesús Navas en banda derecha, interrumpiendo así el válido experimento de
Promes en ese costado, y también con el restablecido
Simon Kjaer en el eje de una zaga de la que se caería
Mercado.
La única ausencia de la alineación tipo es la del
'Mudo' Vázquez, sancionado, con todas las papeletas para que sea
Roque Mesa quien actúe de nuevo como interior por delante de
Banega, y acompañando esta vez a
Sarabia, que también vuelve.
El
Girona por su parte, llega con
Stuani como gran peligro dentro de un bloque igual de correoso que el que fabricó
Machín, aunque su sucesor, obligado a situar a
Granell de carrilero izquierdo por las bajas, ha mejorado incluso los números del soriano, hoy sin amigos al menos durante 90 minutos.