Simboliza la casta y el coraje que resalta el himno del Sevilla. Simboliza todos aquellos valores referidos al compromiso y a la entrega y que incluye dejarse la piel por unos colores.
Gabriel Mercado se vacía completamente en lo que supone un añadido a una aportación que cruza de largo la linde de la simple entrega. La defensa nervionense nota tanto su presencia como acusa su ausencia, porque le imprime contundencia y un carácter muy necesario que ayer resultó decisivo en su reaparición. Recién recuperado de una lesión, el central se impuso en todos los duelos, tanto por arriba como a ras de césped, y corrigió los descuidos de sus compañeros, a lo que sumó que, además, fiel a ese carácter combativo e impulsado por su arrojo, rompió el muro defensivo perico para establecer el empate.
No se trata del futbolista más dotado técnicamente pero resulta importante como el que más y no se acaba de entender que el Sevilla no haya cerrado ya su renovación. Es un activo muy rentable.