Tras darlo muchos por muerto, deportivamente hablando, a sus 30 años,
Daniel Carriço está viviendo una segunda juventud en Nervión, donde las lesiones de sus compañeros y las exigencias del guion le han devuelto a primera línea de fuego, en la que
está rindiendo a un muy alto nivel.
De hecho, el luso acumula
diez partidos como sevillista en lo que va de temporada (cuatro de LaLiga y seis de Europa League),
sin conocer la derrota en ninguno de ellos. Un protagonismo que, lógicamente, ha hecho florecer de nuevo el interés del Sporting de Portugal, club en el que se formó como futbolista y que ya se interesó por él el pasado verano, cuando su futuro en Nervión estaba en el aire.
Con contrato en vigor hasta 2020, al zaguero le gustaría acabar su carrera deportiva cerca de su Cascais natal (a 25 km de Lisboa), por lo que su retorno a casa es un tema que se viene digiriendo en el conjunto lisboeta a lo largo de los últimos meses, habiéndose potenciado aún más con el excelso rendimiento ofrecido por el internacional portugués a lo largo de sus últimas intervenciones como sevillista.
Su
excelente relación con el actual presidente, Frederico Varandas (amigos íntimos y hasta hace unos meses médico del equipo), y las continuas lesiones que afectan a Mathieu son otros de los aspectos que
potencian el interés en el sevillista, que, por otro lado, se siente aún más a gusto en la capital hispalense ahora que juega.
El sueño lisboeta, por tanto
, se antoja poco probable, al menos, hasta el próximo verano. Toca ver cómo se acaba desenvolviendo la presente temporada.