La presentación del fichaje más caro de su historia
ha quedado eclipsada por el espinoso 'caso Vitolo'. pero en
Luis Muriel estará cambiar los rostros de enfado por sonrisas. Su llegada ha causado
cierto recelo entre la parroquia nervionense, porque no aprecia que el gran desembolso realizado (20 millones más el 20% de la plusvalía de una futuar venta) responda a sus números anotadores, aunque en la dirección deportiva han pagado esa importante suma
más por lo que puede llegar a ser el colombiado que por lo que todavía es. Estiman que tienen
condiciones para romper y que le resultará más fácil hacerlo en LaLiga, donde
tendrá más espacios y el nivel técnico de los compañeros es muy superior, que en el Calcio. Al
'Tucu' Correa, no en vano, le fue bastante peor en la Sampdoria y en los últimos meses de competición, a las órdenes de Sampaoli, dejó evidencias de que
apunta a crack.
Muriel no es un 'nueve-nueve'.
Es mucho más que eso. El cafetero es un '9', un '10' y un '11' al mismo tiempo. Puede finalizar una jugada dentro del área, bajar a la zona de la mediapunta para asociarse con la segunda línea o asistir, o caer a las bandas para desbordar. Pese a que Berizzo apuesta por la posesión, le gusta que se cambie el ritmo en los tres cuartos, y ahí el colombiano,
potente y con una gran aceleración, le puede venir de maravilla.
En su corto período en España, en el Granada, le perdieron
asuntos extradeportivos, pero en Italia, en su préstamo al Lecce, espabiló. Siete goles en 29 partidos y buenas actuaciones, con las que empiezó a llamar la atención de
Napoli, Roma o Inter. Pero el
Udinese prefirió disfrutarlo, sin esperar que Muriel volviese a dar la de arena. Al poco, se marchó a la
Sampdoria, que abonó
12 millones de euros por su pase. Es el técnico
Marco Giampaolo quien mejor logra entenderle. Le entrega el '9', pero
le permite moverse con libertad, explotar su instinto y movilidad.
A Muriel le gusta entrar
mucho en contacto con el balón. Atraer rivales, deshacerse de ellos y levantar la cabeza para buscar a un compañero desmarcado o disparar a portería.
Lo hace bastante desde lejos y con ambas piernas. En ocasiones,
abusa del cuero y lo termina perdiendo, seguramente porque sabe que es
capaz de cosas inverosímiles. Algunos le han comparado, salvando las distancias,
con Ronaldo, 'el gordito', y tiene cosas, sí. Sus carreras desde 20-30 metros y su manera de mover las piernas y el cuerpo.
Para Berizzo será importante
la relación de Muriel con los extremos. Acercarse a ellos, cambiar roles, asistirles. El cafetero ocupa muchos espacios, pero
también los habilita para las llegadas de los compañeros. Resulta igualmente interesante su recepción del balón. Antes de hacerlo, tiene ya pensado qué movimiento realizar, quitándose de encima ya a algún rival. Puede jugar de espaldas y tocar de primeras o girarse y cambiar velozmente el ritmo. En en esa zona donde siente y actúa como un '10', aunque del mismo modo sabe caer a un costado para explotar una rápida transición ofensiva o cazar algún balón en el área.
A Muriel le falta regularidad.
Y le falta explotar. Pero lo tiene todo para hacerlo, y
en eso confían en el Sevilla, donde le han convertido en el fichaje más caro de toda su historia.