Por el costado zurdo, por el centro, desde atrás...
Diego Perotti se multiplicó el jueves y lideró el ataque sevillista ante el ordenado muro del Slovan con una actuación muy destacada con la que reivindicó su importancia en el plantel y su capacidad para dotar de chispa la ofensiva nervionense. Tanto es así que los checos se rindieron a su juego a la conclusión del partido y se deshicieron en elogios hacia el argentino en la figura de su capitán,
Kovac, autor de la falta que terminó en su golpe franco a la red. “
Perotti es un jugador de fútbol de otro planeta. En el uno contra uno es muy difícil defenderle, casi imposible. Él lo hizo todo solo en esa jugada, me encaró y pararle es muy complicado”, indicó el zaguero como reflejo del sentimiento de impotencia de los bohemios ante los recursos del ‘Galgo’, que superó una y otra vez a su marcador Frydek. Pero su notable partido se vio emborronado por la
polémica en la que se encuentra envuelto Perotti desde la celebración de su tanto ante el Friburgo en el
Gol Norte del estadio, con un gesto que ese sector de la grada no le perdona. De ese modo, lejos de agasajarle,
los Biris le pitaron al atacante nervionense
tras su tanto y cuando fue sustituido, lo que provocó una clara
división en el Ramón Sánchez Pizjuán. Y es que el resto del coliseo blanquirrojo reprobó la actitud del grupo de animación devolviéndole a ellos los silbidos y aplaudiendo a Perotti. Un cisma evidente que se ha extrapolado a las redes sociales, donde los críticos le recriminan que no haya mostrado antes su arrepentimiento, como ha hecho el delantero de la Real Sociedad Seferovic, que pidió perdón tras mandar callar a los suyos en el choque contra Osasuna. Los que le apoyan recuerdan su profesionalidad fuera de toda duda y que se ofreció a renunciar a su sueldo la campaña pasada por su larga ausencia por lesión, resaltando, además, su buen estado de forma actual y que nunca se esconde.
Perotti, cuestionado al final del encuentro por esta controversia, quiso poner fin a esta desagradable situación y tanto en Canal Sur como en Cuatro dio un paso al frente y se disculpó: “
Trato de abstraerme de los pitos, pero es cierto que a veces es imposible, porque es un sector que se hace notar mucho, como son los Biris. Ojalá tenga la suerte de revertir esos pitos en aplausos, y que la gente sepa que yo por esta camiseta me dejo la vida.
A mí no se me caen los anillos por pedir perdón”.
Esta iniciativa del argentino no ha acabado con el debate en Twitter y está por ver cómo será recibido en el próximo partido en el Sánchez Pizjuán, el derbi contra el Betis. Lo que sí está claro es que Perotti está pidiendo a gritos un sitio en el once de Emery.