Los reyes y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, han hecho este jueves la primera aparición pública juntos de sus vacaciones en Mallorca al acudir al Real Club Náutico de Palma (RCNP) y ver a Felipe VI embarcarse a bordo del Aifos 500 para estrenarse en las regatas.
Tras instalarse ayer, miércoles, en el Palacio de Marivent, don Felipe, doña Letizia y sus hijas han querido que su primera imagen fuera en el náutico con motivo de la celebración de la 38 Copa del Rey Mapfre de vela.
Desde el pasado 19 de junio, cuando se conmemoró el quinto aniversario de la proclamación, no se les veía juntos, puesto que la princesa y su hermana han estado durante el mes de julio en un campamento en Estados Unidos.
Los cuatro han llegado a la sede del club poco después de las 10.00 horas en un coche conducido por el rey.
En una mañana calurosa, don Felipe llevaba unas bermudas azules, un polo blanco y unas deportivas, mientras la reina ha lucido un conjunto blanco y alpargatas de cuña.
La princesa y su hermana han vestido bermudas y blusa azul celeste y blanca, respectivamente, con abarcas.
Sonrientes, los cuatro han posado en la entrada del náutico ante los medios gráficos junto al presidente del RCNP, Javier Sanz, y el patrón del Aifos 500, el almirante Jaime Rodríguez Toubes.
Preguntado si tenía ganas de echarse a la mar para regatear, Felipe VI ha contestado: "Muchas".
En la terraza del club, han tenido un encuentro con los miembros de la tripulación del barco malagueño Aldebarán, integrada por personas con diferentes discapacidades, algo que no había ocurrido nunca en la historia de la Copa.
El equipo del Club Andaluza de Vela Adaptada escribió una carta a Felipe VI mostrándole su interés en participar en el torneo, lo que trasladó a la organización, que le incluyó en el plantel.
Los reyes y sus hijas han estado charlando un rato con los regatistas andaluces, quienes le han expresado su satisfacción por poder competir en igualdad de condiciones, a pesar de ser últimos en la clasificación de su categoría.
Posteriormente, se han dirigido al pantalán donde está atracado el Aifos 500 y han subido a la cubierta para saludar a los compañeros de equipo del jefe del Estado.
La princesa y la infanta han entrado en la cabina para conocer el interior de la embarcación y familiarizarse algo más con un deporte que por ahora no se les ha visto practicar en público.
El Aifos 500 está atracado junto al Fram XVIII, el barco que patronea el rey Harald V de Noruega, aunque ambos monarcas no han coincidido.
Don Felipe suele competir desde el inicio de la Copa, pero esta vez, al retrasarse su llegada a la isla ante el contexto de bloqueo político que vive el país, se ha estrenado en la cuarta jornada de competición.
Antes de salir hacia el campo de regatas, don Felipe se ha despedido con un beso a la reina y a sus hijas, que han permanecido durante unos 40 minutos más en el náutico para seguir viendo la actividad que rodea a la Copa del Rey Mapfre.
En su recorrido por los muelles, se han detenido en el puesto donde cada mañana se dan kiwis a los regatistas y trabajadores para reponer fuerzas.
Los jóvenes voluntarios les han explicado las diferentes modalidades de la fruta ante el interés de la princesa y su hermana.
Luego han hablado con la medallista olímpica Natalia Vía-Dufresne, una de las participantes en la categoría en la que solo participan equipos femeninos, otra de las novedades de la Copa.
Como suele ser habitual, doña Letizia ha estado muy pendiente de sus hijas, con gestos de cariño, y les ha ido explicando detalles que iba viendo durante la visita al náutico.
Después de estar un rato en la cafetería, donde la reina ha charlado de forma distendida con una amiga, las tres se han marchado del náutico a pie.
Doña Letizia y sus hijas ya estuvieron en el club náutico palmesano el pasado año, cuando fueron a recibir a Felipe VI en la última jornada de competición.