"Jugar en casa siempre es una felicidad. Todavía estamos valorando si voy a jugar o no. Hoy tomaré la decisión junto al equipo. Es cierto que ya llevo tres semanas de mucha carga, con dos finales. Y también tengo el Campeonato de Europa en dos semanas, que es un torneo bastante importante", afirmaba la jugadora onubense de bádminton, Carolina Marín, ante la opción de jugar en España y tras encadenar dos triunfos consecutivos varios años después en el All England británico y en el Abierto de Suiza. Finalmente, la afición española no podrá disfrutar esta vez de la andaluza, que será la principal ausente del Madrid Spain Masters que arranca este martes.
"El corazón me dice de jugar, pero hay veces que la cabeza quizás nos para un poco más, porque también en cuatro meses, justamente, están los Juegos Olímpicos. Entonces, en cuanto al nivel de salud, pues tenemos que valorarlo todo. Lo físico y lo mental siempre va como un conjunto", advertía.
Marín sí apoyo con su presencia el torneo madrileño, pero tras el gran número de partidos y la exigencia de las últimas semanas, ha decidido tomarse un respiro y seguir con la planificación que tenía marcada de cara a los Juegos Olímpicos de París 2024. "Este es el camino que queremos seguir y queremos recorrer. He puesto el foco de atención donde queremos trabajar, que es en seguir mejorando el juego, seguir mejorando esa parte mental y, sobre todo, que físicamente me siga encontrando como estoy encontrándome a día de hoy", señaló la española tras la presentación del torneo madrileño.
"Tenemos que ser consecuentes con la decisión. A nivel físico me encuentro bien, pero ya es mucha carga después de tres semanas y, a nivel de corazón, mi familia incluso va a venir esta semana, tomemos la decisión que tomemos, voy a estar bien rodeada de una u otra forma. Hoy tomaremos la decisión, me reuniré con el equipo e intentaremos informar lo antes posible", reiteró antes de anunciarla.
En este sentido, Carolina Marín narraba lo difícil que había sido llegar hasta la situación actual, en la que parece haberse encontrado consigo misma tras un periodo sin buenos resultados y muchos problemas de lesiones.
"La primera semana fue en París, en el estadio donde voy a jugar los Juegos. Esa primera derrota fue bastante dura. No me lo esperaba, porque las condiciones eran muy buenas. Físicamente me encontraba bien, mentalmente estaba también preparada, y fue un palo muy duro", indica la onubense, quien tuvo una "conversación muy importante" con su entrenador, Fernando Rivas. "Estuvimos hablando mucho y fue ese punto decisivo de pegar un cambio en cuanto a mí misma. Sobre todo, para sacar esos miedos y esas inseguridades que tenía escondidas. Era rascar un poquito dentro de mí, abrirme junto a todo el equipo. Fue una conversación muy dura, lloré muchísimo, saqué cosas duras, aprendí muchísimo... Y eso ha sido lo que me ha hecho cambiar todo el foco en cada uno de los partidos que he jugado", advierte.
"Era el miedo a fallarme a mí misma. Hago mucho esfuerzo y mucho trabajo. Nadie me ha regalado nada en mi carrera deportiva y en mi vida. Volví otra vez a enfocar el camino donde yo lo quiero tener. (...) Hay mucho -trabajo- detrás. Simplemente se ve muchas veces cuando una sube al podio y le cuelgan la medalla. Pero ha sido complicado, porque llevo ya tres semanas seguidas de torneos", confiesa.