El tenista español Rafael Nadal se impuso sin miramientos en su estreno en el Masters 1.000 de Roma ante el estadounidense John Isner, al que apeó del torneo en dos sets, 6-3 y 6-1.
Nadal no especuló. Saltó a una pista central volcada con su presencia y devolvió el cariño en forma de una contundente victoria, manteniendo las altas expectativas que despierta en un Foro Itálico expectante.
El manacorí jugó con el viento a favor desde el calentamiento, cuando los presentes le dedicaron una sonora ovación al escuchar su nombre y verle saltar raqueta en mano hacia le centro de la pista.
Partido muy limpio del actual número cuatro del mundo, que no cedió un solo servicio, movió al espigado jugador estadounidense (2.08m) y le castigó con precisas dejadas que, de nuevo, levantaron al público italiano.
A Nadal le bastó con una simple rotura de servicio para agenciarse el primer set, el más igualado de la contienda, en el que Isner resistió las embestidas pero no hizo sufrir a su oponente.
Ya en el segundo envite, Rafa desplegó su buen juego y demostró su buena condición física, arrollando a un Isner que no pudo hacer nada para parar el torbellino que tenía en frente. Encarriló el partido rompiendo el saque en el primer juego de la segunda manga y poniendo una ventaja de dos juegos en el marcador, pero terminó por sentenciar la contienda rompiendo el tercer y el quinto saque de Isner para rubricar el 6-1 definitivo.
Nadal, dominante, terminó con el estadounidense en algo más de una hora y cuarto, y se medirá ahora al canadiense Dennis Shapovalov, que eliminó al georgiano Nikoloz Bashilasvili.