Roma, 11 may (EFE).- Garbiñe Muguruza está teniendo un 2022 para olvidar. La estelar tenista española se ha vuelto a quedar fuera a las primeras de cambio, esta vez en Roma, ante la kasaja Yúliya Putintseva, la número 40 del mundo, que consiguió darle la vuelta a un marcador favorable para la española que hacía presagiar un segundo set parecido, sin complicaciones.
Se esperaba ver a Garbiñe en octavos. Pero no pudo ser. Los fantasmas de Madrid y de Indian Wells se aparecieron en el Foro Itálico y dejaron a Garbiñe, que pasa por un momento delicado en lo deportivo, sin opciones.
"No sé exactamente lo que ha fallado. Este torneo me cuesta. Cada vez digo, a ver si este año...", declaró la semana pasada al ser eliminada del abierto de Madrid en segunda ronda.
Al comienzo de año "un poco atropellado", como ella misma dijo, hay que sumarle la lesión en su hombro que le ha dejado fuera de las pistas casi dos meses, algo que, inevitablemente, repercute en el ritmo de competición.
Muguruza tenía este miércoles, en la capital italiana, la oportunidad de redimirse y de comenzar con buen pie el torneo, ante una rival más que asequible en la segunda ronda. De demostrar por qué es la actual Maestra de Maestras y plantar una base sobre la que cimentar un regreso a las sensaciones de la pasada temporada.
Tras de un inicio prometedor de partido, sólida, con buenas derechas y buenos servicios, Garbiñe se dejó llevar en la segunda manga por las malas sensaciones que acumula en estos últimos meses. La lucha interna de Garbiñe se manifestó. Ésa que arrastra desde comienzo de año y que exhibió en Madrid.
Estaba jugado bien, segura. Pero pequeños detalles empezaron a derrumbar en el segundo envite lo conseguido en el primero. Y eso que lo encarriló bien en el comienzo, con un 'break' con el que puso dos juegos de por medio, pero que rápidamente Putintseva recuperó. El set se fue al 'tie-break', Garbiñe sólo miraba su raqueta entre punto y punto, como si supiera lo que iba a pasar. El desempate fue para la kazaja, aún quedaba un tercer set. Pero Garbiñe ya estaba sumida en su propia lucha.
El drama sobrevoló el 'Grand Stand Arena', donde se disputó el choque, tras dos horas y veinte minutos. La española fue incapaz de parar las acometidas de su rival y vio cómo se le escapaba, en media hora, un partido que en el primer set nadie hubiera dicho que podría perder.
No es buen comienzo de temporada, pero Garbiñe ya ha demostrado que es capaz de sobreponerse a las adversidades. Sólo tiene que, obviando posibles lesiones o molestias, ganar una batalla. La suya propia.
Tomás Frutos