Garín, número 39 del mundo, apeó con cierta comodidad al joven italiano de 21 años, que tuvo a la grada de su parte todo el partido, aunque fue un partido intenso en el que el chileno necesitó atención médica por un problema en un tobillo.
El italiano perdió siete servicios en total y solo ganó uno en el segundo set, algo de lo que se sirvió un Garín muy sólido en el resto para decantar la balanza a su favor.
Ahora, en segunda ronda, Garín se medirá a Alcaraz, que llega a Roma en un gran estado de forma después de haber llegado a la final del Abierto de Madrid eliminando a su compatriota Rafael Nadal y al serbio Novak Djokovic de manera consecutiva.