Saltó a la fama con el balón de Tom Hanks en 'Náufrago'. Pero ya era una marca conocida en tenis y voleibol. Roger Federer, Serena Williams, y ahora Paula Badosa utilizan sus raquetas. Así es como la W del tenis selecciona a sus figuras.
Cuando Wilson se convirtió en el compañero inseparable de Chuck Noland en aquella isla de 'Naúfrago', alguno se sorprendió. No porque el personaje interpretado por Tom Hanks compartiera confidencias con aquella bola durante gran parte del metraje, firmemente reconocido y premiado, sino porque casi nadie identificaba que la marca que rodaba por la arena de esa isla del Oceáno Pacífico fuera de voleibol.
Fue tal el impacto de aquellas escenas y tan grande la repercusión que tiempo después alguien pagó más de 270.000 euros por el balón en una subasta. Fueron tres las bolas de cuero blanquecino que se emplearon en el film de Robert Zemeckis estrenado hace más de veinte años. Y su efecto fue brutal. La comercialización de Wilson se disparó.
No pudo haber entonces mejor proyección para la marca que aquellas escenas, que esas conversaciones entre el protagonista y un personaje imaginario en plena soledad. Pocos podían calibrar el impulso de una firma consolidada hacía muchos años atrás y asociada casi de arriba abajo con el mundo del tenis aunque dedica su producción a otros deportes como fútbol, baloncesto, golf, pádel, béisbol o fútbol americano, por ejemplo. Y al voleibol, por supuesto.
Es Wilson una de las imágenes del tenis. Sobre todo para el gran público. Su puesta en marcha fue hace más de un siglo, en 1913 cuando Thomas Edward Wilson creó una compañía de equipamiento deportivo. Desde entonces, la firma no ha hecho más que crecer y forma parte de las más consolidadas en el mundo de la raqueta.
El suizo Roger Federer y la estadounidense Serena Williams, dos de los mejores jugadores de todos los tiempos y ya al borde de la despedida, han recorrido el circuito una y otra vez y logrado sus títulos con una raqueta Wilson en su mano. Ocurre ahora, con el griego Steffanos Tsitsipas, el búlgaro Grigor Dimitrov, los españoles Roberto Bautista, Pablo Carreño o Pedro Martínez. Igual con las chicas. Conchita Martínez, una de las más reconocidas jugadoras del tenis español, optó por esta marca en su recorrido. Igual que la rumana Simona Halep, Aryna Sabalenka o Victoria Azarenca entre otras muchas. Y también Paula Badosa que llegó a la cima del ránking femenino con esa raqueta en su mano.
No hay una regla fija para saber quién da el primer paso. Si el jugador busca una raqueta a su medida o la marca va detrás del tenista. Anna Campolier, responsable de márketing de Wilson, indica a la Agencia EFE que "depende de las circunstancias, normalmente la marca va al jugador a través de los scouters y según la edad ofrece un tipo de contrato u otro. En el caso de Wilson el material que se ofrece son: raquetas, cordajes, grips, raquetero y demás accesorios para el tenis. Cuando el jugador acude a la marca normalmente es porque tiene alguna necesidad de cambio, ya sea de material o de relación con su marca actual".
Wilson va en busca de "un jugador con potencial para optar a grandes premios. Estos jugadores se convierten en la imagen de la marca así que también es muy importante que este jugador/a conecte con los valores de la marca, su pasado y su futuro".La vinculación, por ejemplo, de Paula Badosa con Wilson se alarga durante una década. Hace poco la española, instalada ya en la cima del circuito femenino, extendió su compromiso con la firma.
"Ya de pequeña era una chica con un gran potencial tenístico, muy trabajadora, luchadora y sobre todo una gran persona dentro y fuera de la pista. Además es una persona que va acorde con los valores de la marca y la marca se identifica con los valores que transmite Paula. Las apuestas siempre se hace con visión de futuro y obviamente con el rendimiento que está teniendo ahora también impacta de manera positiva a la marca", comenta Anna Campolier.
No es fácil cuantificar el impacto de un jugador en las ventas de material deportivo. Tampoco en las raquetas. Sin embargo, es evidente que el tenista proyecta todo lo que emplea dentro y fuera de la pista y el aficionado lo capta."Es muy difícil de cuantificar, pero al final la gente se fija en qué raqueta usan los profesionales, y junto con un producto de alta calidad y un gran marketing se traduce en ventas".
Numerosos jugadores españoles del circuito optan por Wilson como marca para su desempeño en la cancha. España es un país con una larga y amplia tradición tenística. No ha sido pasado por alto esto y la firma estadounidense hace tiempo que empeña su atención en sus tenistas. Es el tercer país con más incidencia después de Francia y Alemania .
"Es muy importante para la marca tener una buena presencia en un país con una tradición tenística tan fuerte como España. Grandes nombres de élite mundial son de aquí como Manolo Santana, Arancha Sánchez-Vicario, Conchita Martínez, David Ferrer, Alex Corretja, Rafa Nadal, Garbiñe Muguruza, etc. y ahora se añade a esta larga lista Paula Badosa. Por este motivo el mercado español es un mercado importante para la marca y a nivel europeo somos el tercer país solo por detrás de Francia y Alemania.
La pandemia ha reforzado el impulso del tenis, una especialidad idónea durante el tiempo en el que la gente estaba condicionada a las exigencias sanitarias: los contactos limitados, el aire libre. "El tenis ha salido fortalecido al ser un deporte al aire libre y esto se ve reflejado en el número de licencias que en 2021 aumentó un 15% respecto el 2020. Además, tener referentes a nivel español tan importantes como Rafa Nadal desde hace tiempo y ahora también a nuevos como Paula Badosa o Carlos Alcaraz ayuda a hacer crecer el tenis español".
Sin embargo, el tenis se ha topado con el pádel, otro deporte de raqueta, más accesible para el ciudadano que ha irrumpido de lleno en las empresas deportivas. "Sí, actualmente hay más jugadores de pádel que de tenis en España, tanto en número de licencias como sin. El pádel es un deporte más fácil de aprender y mejorar que el tenis, además de requerir menos esfuerzo físico, así que es normal que atraiga a más personas, sobre todo a nivel amateur. Asimismo, el pádel en España tiene un fuerte componente social de relacionarse con amigos, tomar una caña al acabar, etc. y ya sabemos que esto en España gusta mucho".
Santiago Aparicio