París, 6 feb (EFE).- Roland Garros ha dejado de ser el único Grand Slam "sin techo" tras finalizar las obras de la cubierta retráctil de su pista principal, la Philippe-Chatrier, en las que se han invertido más de dos años.
El torneo presentó esta semana el resultado, que en apenas 15 minutos permitirá cubrir el terreno en caso de lluvia.
El techo retráctil está compuesto de once "alas" de 330 toneladas cada una. Cada ala está dividida en siete estructuras de 15 metros de largo y tres de alto.
Su fabricación tuvo lugar en un taller de la región de Venecia y duró dos años, a los que se sumaron otros once meses para su instalación y la de los paneles acústicos, según precisa la entidad en su página web.
Roland Garros explica que cada una tiene un par de ruedas para su despliegue y que su movimiento está sincronizado por ordenador con el del resto.
En total, ese techo cubre una superficie de una hectárea, añadió la competición francesa.
El techo de la Philippe-Chatrier se incluye en un ambicioso proyecto de ampliación y mejora de las instalaciones que ha tenido que batallar con permisos oficiales y con la oposición de los vecinos, pero con la que Roland Garros reaparecerá en la edición de este año con todo su esplendor.