El balón oval del rugby hace a todos iguales

El balón oval del rugby y la portería con forma de "H" se convierten en testigos de la integración y la hermandad de aquéllos que salen al campo y se unen para formar una melé de ilusión por este deporte, que sigue demostrando ser una herramienta perfecta para la inclusión

El club vallisoletano El Salvador inició hace cinco años un proyecto de rugby inclusivo, en colaboración con la Federación "Plena Inclusión Castilla y León", que engloba a 36 asociaciones que trabajan con 10.000 personas con discapacidad, que se ha ido afianzando con los primeros torneos, en los que se ha podido comprobar la progresión de los participantes.

La localidad toledana de Yuncos ha sido el primer destino de los 25 chicos y chicas de Valladolid, Zamora y Segovia, que forman parte del equipo de rugby inclusivo de El Salvador y que este fin de semana han jugado contra el Hidalgos-Quijote de Toledo, el Hernani CRE y el Unión de Rugby Almería.

Les acompañaron doce jugadores del equipo de touch del club colegial, cuatro del Regional, tres entrenadores y varios monitores, además del responsable de deportes de Plena Inclusión Castilla y León, David Fernández, quien explicó a Efe que el rugby "ha sido todo un descubrimiento" como vehículo de integración.

El deporte del oval "es menos competitivo" que otros y, en este sentido, "los chicos y chicas están juntos en la victoria y en la derrota, lo celebran con la misma ilusión y, además, les permite aprender muchas cosas a nivel táctico, lo que les empodera y les hace sentir parte de algo muy grande".

Uno de los principales artífices de que este proyecto se haya transformado en una realidad con un gran futuro es Juan Diego Marbán, jugador de El Salvador y cuidador en el centro San Juan de Dios de Valladolid, ya que su implicación fue máxima, gracias también al empeño de varios directivos del club de rugby.

"Juandi", como se le llama cariñosamente en el grupo, fue "poniendo las pilas" a las 25 personas que conforman actualmente el equipo de rugby inclusivo y, cuando el pasado año jugaron el primer partido con "Los Hidalgos" de Toledo en Pepe Rojo, supo que "había que ir a más" por lo que supuso para "sus chicos". "Lo más positivo es que no van a los entrenamientos como si fuera una obligación, sino que acuden entusiasmados porque se divierten y además te permite descubrir facetas nuevas de todos ellos, que comienzan a verte como un referente y se abren más", comentó a Efe.

Esa mayor capacidad de socialización también es destacada por David Mateos, jugador y entrenador del equipo de touch de El Salvador y otro de las piezas importantes del inclusivo, quien ha visto "una gran progresión" en los jugadores ya que "son esponjas" para mejorar y crecer con sus compañeros, "porque el campo hace a todos iguales".

Uno de esos jugadores, que en Toledo anotó dos ensayos es Eduardo Matallana, un portento físico de 25 años que, además, se ha hecho imprescindible en el conjunto de touch de El Salvador. Para "Edu", que ha practicado también baloncesto, fútbol sala, natación y atletismo, el rugby le ha enganchado por "su juego fluido, porque puedes aprovechar la velocidad y te obliga a tener reflejos" y, además, desde que llegara a la entidad blanquinegra se ha sentido "muy a gusto, acogido y apoyado por todos".

El objetivo es ambicioso, puesto que es "una práctica realmente inclusiva, en la que juegan personas con y sin discapacidad de manera conjunta y en la que además comparten vestuario y vivencias, lo que hace que la integración sea total", advirtió David Fernández, quien confía en que puedan añadirse más provincias de la comunidad.

La alegría de haberse medido a los equipos Hidalgos-Quijote de Toledo, Hernani CRE y Unión de Rugby Almería, y haber salido invictos del torneo organizado por el club manchego, va a ser el mejor acicate para desear que llegue el siguiente entrenamiento y el próximo campeonato, y poner a prueba, con todo ello, su constante mejoría.