La UD Almería y el Real Sporting de Gijón se veían las caras durante la noche de este lunes para cerrar la jornada 37 de LaLiga Smartbank en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. Los indálicos estaban obligados a ganar a los asturianos después de que hicieran lo propio sus dos máximos rivales por el ascenso directo: el Eibar ante el Málaga y el Valladolid ante el Mirandés, ambos a domicilio. Sin embargo delante estaría un Sporting con el orgullo herido tras perder en el derbi asturiano la pasada jornada, que terminó en una tangana.
El conjunto dirigido por Joan Francesc Ferrer 'Rubi' presentaba un once inicial con una novedad muy llamativa, y es que se cumplían los pronósticos más atrevidos. Samú Costa, hombre clave y de total confianza por parte del técnico catalán, se sentaría en el banquillo por primera vez en mucho tiempo por una decisión técnica.
Los últimos partidos del portugués han estado plagados de irregularidad, con acciones de dudosa calidad pero, eso sí, aportando una gran cantidad de despliegue físico. En su lugar sería titular Arnau Puigmal, que está de dulce y posiblemente aparecerá mucho por el costado derecho para darle a Portillo libertad por dentro. Robertone era el encargado de suplir las funciones de Costa: despliegue, hambre y defensa.
Por parte del Sporting, lo esperado: regresaba Fran Villalba a la que fue su casa durante una temporada y media en la que no terminó de cuajar en el club almeriense, por lo que era de esperar ver al centrocampista valenciano con mucha sed de venganza y ganas de reivindicarse ante el que fue su público.
El conjunto de casa empezaba con buen pie ante su afición, entregándolo absolutamente todo en los primeros minutos de juego donde tuvo el primer gol del encuentro a balón parado. Una segunda jugada en un saque de esquina casi la convierte Lucas Robertone, pero su cabeceo lo despejó sobre la línea Kravets. Esa fue la más clara para los indálicos que poco a poco se fueron dilyendo en el partido.
El Sporting aprovechaba las primeras complicaciones de sacar la pelota desde atrás, con una presión muy atrevida que casi lo consigue rentabilizar el conjunto visitante. Tanto Aitor García como Djuka pudieron abrir la lata del partido, pero a pesar de las buenas jugadas que hilvanaba el equipo de Martí, no conseguía finalizar con peligro. Los asturianos consiguieron a ratos robarle el esférico al Almería, que se defendía sin poder acometer muchas jugadas de peligro.
Después de un tramo de zozobra, los de Rubi despertaron gracias a la electricidad de Largie Ramazani. El belga desplegó su arsenal físico tanto en defensa como en ataque y fue un absoluto incordio para los jugadores visitantes. Eso sí, necesitaba de la aparición de un Sadiq que estuvo desaparecido en los primeros compases, pero terminó por empezar a buscar la pelota desde muy atrás y jugándosela contra todos, algo que en ocasiones terminaba por salir bien.
Portillo tuvo la más clara de la primera parte junto a Puigmal. En ambas ocasiones, Sadiq generó peligro con su única presencia y ambas jugadas terminaron con dos disparos sin demasiadas complicaciones para Cuéllar, que detuvo el disparo a bocajarro de Portillo y vio como despejaba su zaga el disparo tras rechace de Puigmal.
Con bastantes pérdidas de tiempo, también ocasionadas por la lesión de Babin que tuvo que ser sustituido por Borja López, se llegaría al minuto 48 de la primera mitad, momento donde González Esteban indicó el final de la primera parte. Antes tuvo que anular un gol de Djuka por un fuera de juego bastante claro.
La segunda parte fue para los hombres del Almería, que volvían a pisar fuerte especialmente en los primeros minutos. Los pupilos de Rubi tenían claro que debían vencer este encuentro en casa si no querían perder la estela de Eibar y Valladolid. El técnico de Vilasar insistió en buscar a Robertone como el eje del ataque indálico y en esta ocasión lo conseguía.
El Sporting lo intentaba tímidamente, aunque lejos ya de conseguir robarle la pelota al Almería tal y como lo hizo en la primera mitad. Las necesidades del conjunto indálico hacían subir las revoluciones a los jugadores rojiblancos, auspiciados por un público más enchufado que nunca.
Increíblemente el Almería no se podía poner por delante en el marcador. Sadiq Umar erraba lo que parecía imposible fallar, incluyendo dos pases de la muerte que le sirvió Largie Ramazani. El belga activaba al equipo pero Sadiq no conseguía embocar la pelota en la meta de Cuéllar cuando tenía todo a favor. El fallo más clamoroso del nigeriano llegó prácticamente en la línea de gol, el bote le traicionó y la envió por encima del larguero.
Curro Sánchez, que ingresó en el segundo acto, tuvo en sus botas una ocasión clarísima en el punto de penalti. El de La Palma del Condado no atinaba a llegar antes que los defensores, que enviaron el balón a córner. Precisamente en ese saque de esquina, la pelota se quedaba muerta en el área pequeña y era el propio Curro el que empujaba el cuero al fondo de las mallas. Duro poco la alegría en el Mediterráneo, pues el gol se anulaba por un claro fuera de juego del ex sevillista.
Tras eso, el Almería se venía un poco abajo e incluso el Sporting tuvo la oportunidad de ganar el partido. Djuka atacó la espalda de la defensa indálica con éxito, pero su compatriota Srdjan Babic recuperó la posición y con un corte sensacional, de los que marcan época, desbarató el peligro de los visitantes.
El Almería merecía ganar el partido y así lo hizo. El conjunto rojiblanco se pondría por delante en el descuento gracias a un zapatazo de Curro Sánchez. Esta vez sí, el canterano sevillista pondría el primer y único gol del partido en el marcador con un disparo desde fuera del área que botó justo delante de Cuéllar.
Hubo tiempo para poco más y el Almería firmaba una nueva victoria en el Mediterráneo y se ha convertido en el mejor local de la temporada. De esta manera, los rojiblancos terminan una jornada más en puestos de ascenso directo, siguiendo la estela del Eibar y aguantando el ritmo al Valladolid.
Mario Gómez8 min lectura
