Zidane fue presentado, en la tarde de ayer, en el
Palco de Honor del Bernabéu tras su regreso al banquillo blanco 284 días después. Llega al
Real Madrid "muy feliz por volver a casa" y con ganas de trabajar para el club.
El míster ha vuelto y debe tomar decisiones. Uno de los posibles motivos de su marcha en mayo fue la diferencia de opiniones sobre la limpia de jugadores que la plantilla necesitaba. Ahora, debe terminar la temporada y trabajar durante el verano para saber qué necesita su vestuario. En el
Madrid urge un cambio de aires, eso que el francés quería antes de su marcha pero que nunca pudo hacer. Ahora, con su regreso, llega con la promesa de estudiar y renovar a sus hombres.
Ya ha habido rotaciones durante la etapa de
Solari y es que el argentino tomó la potestad de decidir quién sí y quién no. Esto ha dejado la puerta entreabierta a
Zidane. Tras la salida de
Cristiano Ronaldo, Zizou pidió un recambio pero desde el club mostraron total confianza en
Bale que finalmente no resultó ser tan bonito como podría parecer.
Florentino deberá escuchar a
Zidane y trabajar juntos en lo mejor para construir un nuevo proyecto.
Todo está en manos de
Zidane para evitar malos entendidos como ya pasó la anterior campaña. Nuevos propósitos para llevar de nuevo al club a lo más alto.