Desde la llegada de Andoni Iraola al Rayo Vallecano en junio de 2021, el equipo vallecano nunca había encadenado en LaLiga una racha de seis encuentros sin ganar, una dinámica que le mantiene en alerta antes del derbi frente al Real Madrid, el líder del campeonato liguero. El nuevo año no le está sentando nada bien al cuadro franjirrojo. Una vez pasada la euforia copera, y a la espera de disputar la vuelta de las semifinales frente al Real Betis, el próximo 3 de marzo, el equipo madrileño está experimentado un bajón competitivo alarmante.
Todas las buenas sensaciones que transmitió en las últimas semanas de 2021 está siendo incapaz de trasladarlas a este 2022, en el que de momento, de seis partidos ligueros, no ha ganado ninguno. Cinco derrotas y un empate, que se resumen en un balance de un punto de los últimos 18 posibles, es el pobre balance que registra en lo que va de año el equipo que dirige Andoni Iraola, que no celebra un triunfo en Liga desde el 18 de diciembre de 2021, frente al Alavés.
De equipo revelación, candidato a jugar competición europea y tener en el estadio de Vallecas un fortín, el Rayo ha pasado a encadenar derrota tras derrota y mostrarse vulnerable en defensa hasta el punto de encajar once tantos en estos seis últimos encuentros.
A nivel clasificatorio, la situación no es alarmante porque la buena primera vuelta realizada le permite, actualmente, ver el descenso a once puntos, aunque en el vestuario son conscientes que si la reacción no llega pronto se pueden meter en problemas.
El partido de la próxima jornada será frente al Real Madrid, líder del campeonato, que visitará Vallecas. Un rival difícil para tratar de revertir la dinámica y ante el que ahora se ven obligados a puntuar para no seguir la caída. El partido no le llega en el mejor momento al Rayo, inmerso en la peor racha liguera desde que llegó Iraola, que como mucho había estado cinco encuentros sin ganar, el pasado curso, en un par de ocasiones.
Desde la última derrota frente al Elche, el Rayo va a tener ocho días para preparar el partido frente al Real Madrid. Este tiempo le va a venir bien al equipo para trabajar con calma pero también para recuperarse físicamente, puesto que la alternancia de LaLiga y la Copa en las últimas semanas le ha pasado factura.
Tras la marcha en el mercado de invierno de cinco futbolistas y la llegada de sólo un refuerzo (Sylla), la plantilla se ha quedado en 21 efectivos, un número que parece corto para afrontar un tramo final de temporada en el que el objetivo de la salvación aún no está logrado.