Contó con el de Nueva Málaga desde partida. Ya lo advirtió en rueda de prensa: "Está muy bien, entrenó excelente", dijo el argentino sobre el estado de Luis Muñoz. La última novedad fue la de
. El catalán, que volvía tras cumplir sanción, tuvo que esperar su oportunidad desde el banquillo.
Con sumo respeto salía el Málaga al Heliodoro Rodríguez López. En un claro 4-4-2 con Febas y Luis Muñoz en las bandas blanquiazules, era a través de la fortaleza y contundencia defensiva la base para lograr rascar puntos. Tampoco fue el Tenerife quien quiso la iniciativa, pues no presionó la salida de balón del Málaga.
Invitado a poseer el esférico, no le quemó al cuadro de Guede. Y creció de la nada con una gestión fabulosa del balón. En el minuto ocho de partido,
Ismael Casas, que ya había logrado antes llegar hasta línea de fondo para poner un centro, repitió la acción, esta vez con éxito. Su centro al corazón del área fue rematado con música por
Álvaro Vadillo para poner el 0-1 en el marcador.
Ni en los mejores deseos se esperaba un comienzo así.Cambiarían pronto los papales tras el gol. El Málaga, más replegado y con ansia de contragolpes, mientras que el Tenerife daba un paso adelante comenzando a generar peligro por ambas bandas. Eran
Melliot y Elady los que, desde el ala derecha, ponían en aprietos a la defensa boquerona. Una amarilla a
Víctor Olmo complicaría más el asunto.
A partir del minuto 30, el dominio del partido y las oportunidades eran de los locales. Aunque con más presencia en campo malacitano, no llegaban los tiros sobre la portería de Dani Martín. Sí que llegó minuto antes del descanso en una falta con
Enric Gallego como rematador y
Dani Martín como héroe, que salvó el empate. El guion salía perfecto tras los primeros 45 minutos.
No podía recular mucho el Málaga en la segunda mitad. Lo sabía
Guede, que insistió en el vestuario la importancia de anotar el segundo pese a la dificultad que entramaba. Pero cuando todo está de cara, las cosas vienen más fácil. Cuatro minutos después del pitido de reanudación, un pase filtrado de
Vadillo encontró en el área a Luis Muñoz. Su disparo impactó en Dani Hernández, pero, con fortuna, el rebote le cayo a los pies de
Febas, que disparó a placer para poner el segundo en el electrónico y ampliar distancias.
Un gol que bien podía valer la permanencia virtual. De ahí el júbilo en el banquillo blanquiazul.
Noqueado el Tenerife, incluso se divertía con balón el Málaga. Algo nunca visto antes -o, al menos, muy poco- durante la temporada. En las botas de
Ismael Casas estuvo la sentencia tras una
jugada de excelsa calidad, pero su disparo encontró el palo tinerfeño.
Mejoró el Tenerife con los
cambios de Ramis, con más frescura e inquietando a la defensa malacitana. Sin embargo, el gol seguía sin llegar para
enfado de una afición que pitó en varias ocasiones a sus jugadores. Fruto de la impotencia, hubo un rifirraje entre ambos equipos solventadas con amarillas. Esto, y seis minutos de prolongación antes de cantar victoria, fue lo más reseñable hasta el pitido final.
Con
sacrificio, orden táctico y efectividad de cara a portería se consiguió un triunfo vital a falta de dos encuentros para el cierre de curso. Con estos tres puntos, el Málaga está a cinco por encima del descenso. Memoria, compromiso y fe.