La
vida extradeportiva de los jugadores no pasan desapercibas en el mundo del fútbol. Tan importante como el rendimiento en el verde, lejos del terreno de juego también prima la disciplina y profesionalidad. Es esto último el motivo del generalizado enfado de la afición blanquiazul con sus propios jugadores. Cuestionada la actitud del vestuario, preocupa, como reconoció
Manolo Gaspar en la habitual rueda de prensa una vez finalizado el mercado invernal, a la directiva del club. "
Me preocupa mucho, y ya he dado toques de atención. El jugador tiene que saber que representa a un club grande. El que se equivoca, que tenga en cuenta las consecuencias", advertía el dirigente paleño.
En la misma línea, prosiguió ahondando sobre el
(mal)uso de las redes sociales por parte de los integrantes de la plantilla: "Cuando las redes sociales se usan mal crean un problema para los futbolistas. Es una pandemia. Tenemos que dejarnos de tonterías. He hablado con aquellos que lo necesitaban". Tajante en sus declaraciones, Manolo Gaspar aseguró la cercanía existente entre dirección deportiva y jugadores, donde conversan a menudo para trasladarles la realidad del club y su situación. "Nosotros estamos constantemente en comunicación. Somos cercanos y ellos son los primeros conscientes de que no estamos bien. Hablamos con ellos,
exigimos que estén lo mejor posible siempre. Lógicamente, no voy a contar todo lo que hacemos con el vestuario ni lo que hacen ellos, que son los primeros que están sufriendo", exponía un Manolo Gaspar que soplaba hoy las velas de cumpleaños.
Poco que soplar en modo de celebración tiene la afición. En una semana llena de crispación, incluso
Javier Martínez, presidente del grupo de animación Frente Bokerón, pasó por los micrófonos de
Radio Marca Málaga para atizar a los jugadores. "Habría que darle ya un tirón de de orejas fuerte. Los futbolistas vienen a reírse de nosotros, dime a quién le debemos algo, no tenemos un ídolo", mencionaba uno de los líderes, además, de la Grada de Animación Fondo Sur 1904. Y es que la situación del Málaga cambió por completo desde la derrota frente al
Amorebieta en La Rosaleda. Mismo escenario que ha salvaguardado a la imagen del equipo cuando este salía lejos de Martiricos. Ahora, que tampoco llegan los resultados favorables en casa, es cuando más crispación genera el comportamiento dentro y fuera del campo.
"Sale
Kevin con 18 años y es el primero que pisotea la camiseta,
Antoñín, Brandon€ o la afición espabila o yo que sé. Nosotros tenemos que luchar con lo que hay. La mala vida le pesa a los jugadores y eso se está viendo. Cuando había 25 buenos no se notaba si había cinco malos. Manolo Gaspar debería imponerse y tener mano dura. No tenemos un capitán, no hay nadie de peso en el vestuario. Los de la casa debería mirar a los de fuera, pero a día de hoy creo que los jugadores de Málaga son peores. No hay un jugador con sentimiento", afirmaba en la entrevista el propio Javier Martínez. Además de estas declaraciones, respondió numerosos aficionados en redes sociales al mismo asunto y en la misma dirección.
Semana complicada para el Málaga en todos los aspectos. Desde la vida extradeportiva hasta lo meramente deportivo. Es ahí más que nunca donde tienen la reválida los jugadores, capaces de revertir el descontento del respetable con buenos resultados y juego. Ardua tarea para el recién llegado
Natxo González, que tiene escaso tiempo para encontrar la tecla y llave que lleve al cuadro boquerón a los triunfos. El primer escollo pasa por Aragón y ante un rival que también vive una situación similar a la de los malacitanos. De hecho, existe una propuesta entre los hinchas maños para enviar a
mariachis a los aledaños del estadio para cantar contra directiva y vestuario.
Una estrategia a la que se unieron cientos de aficionados a través de recaudaciones en
crowdfunding para la contratación de la banda musical. Poca broma y mucha tensión es la que se vivirá este próximo sábado en
La Romareda, donde uno de los dos saldrá más perjudicado si cabe en una
semana complicada cuanto menos para ambos clubes. No será determinante, ni mucho menos, el resultado del encuentro, pero la crispación o, por el contrario, tranquilidad ascenderá de manera notable dependiendo de hacia donde 'caiga la moneda'.